«El Centro de Estudios Penitenciarios atraería a Cuenca a unos 900 funcionarios en prácticas por promoción»

Entrevista del domingo Enrique Meras, coordinador provincial de la asociación de funcionarios de prisiones 'Tu abandono me puede matar'

Enrique Meras es el coordinador provincial de la asociación de funcionarios de prisiones ‘Tu abandono me puede matar’. En esta entrevista da a conocer la solicitud de que Cuenca sea la sede del futuro Centro de Estudios Penitenciarios que ha impulsado la asociación y que ha sido aprobada por unanimidad en el Pleno del Ayuntamiento de la capital y describe la situación actual que se vive en la prisión conquense, exponiendo las necesidades de los trabajadores. 

Para quien no conozca la trayectoria de su asociación, ¿cuándo surge y cuáles son sus  objetivos?

Surge por el desánimo de los funcionarios de prisiones ante los sindicatos. Empieza en Málaga y los centros penitenciarios de Puertos y se va extendiendo en toda España. A Cuenca llegó en enero de 2019 y nuestros principales objetivos son la equiparación salarial con los centros de Cataluña, ser agentes de la autoridad, dotarnos de formación adecuada y una Escuela de Estudios Penitenciarios.

Esta escuela es la que su asociación ha promovido que solicite su instalación en Cuenca. 

La creación del Centro de Estudios Penitenciarios fue aprobada el 10 de febrero del año 2000, y todavía no se ha realizado. Al no existir el centro, la asociación conquense, debido a cómo ve la ciudad de despoblada y creyendo que puede ser un impulso para la propia ciudad porque por las promociones de todos los años atraería a mucha gente. 

Solicitamos al Ayuntamiento que pidiera este centro para Cuenca, y ha sido aprobada por unanimidad una moción al respecto. Además, propone unas parcelas posibles en el Polígono Villa Román donde ubicarlo.  

¿Cómo sería este centro? ¿Cuántos profesores y alumnos podría recibir anualmente?

Tendría una función similar a la Academia de la Guardia Civil que hay en Baeza, a la Academia de la Policía Nacional de Ávila o la de los GEO en Guadalajara. Es decir, estaría destinada a la formación continua dentro del ámbito penitenciario. Igualmente, tendría la formación inicial de los funcionarios en prácticas que acaban de superar el periodo selectivo. 

Hay que recordar que tras aprobar la oposición hay que superar un periodo de prácticas de unos 18 meses en los que se recibe toda la formación necesaria. Normalmente están saliendo promociones de 900 funcionarios, y queremos que cuando lleguen a sus centros de destino estén ya formados, y no lleguen y se encuentren con un mundo nuevo que no se parece en nada a la realidad. Además, los exámenes iniciales para ser funcionario en prácticas se realizarían en la propia escuela.

¿Es una propuesta de la sección de Cuenca o cuenta con el apoyo de toda la asociación a nivel nacional?

Cuenta con todo el apoyo de la asociación a nivel nacional. 

«Queremos que el Centro de Estudios Penitenciarios entre cuanto antes en los Presupuestos»

En su petición han conseguido ya el apoyo de todos los grupos políticos en el Ayuntamiento de Cuenca. ¿Han tomado contacto con los partidos para presentar la moción a nivel regional y nacional?

Esta semana hemos tenido una reunión con el PSOE y ve conveniente de la ubicación del centro en Cuenca, y Cs también nos ha dado su apoyo. Lo único que estamos esperando es que quieren presentarlo a través de una PNL (proposición no de ley). Vamos a tratar de que esta escuela entre en los Presupuestos para que los trámites vayan lo más rápido posible.  

Es lo que voy a pedir a los tres grupos parlamentarios (PSOE, PP y Cs), me han dado buenas palabras y el apoyo, y ahí estamos esperando que Cuenca logre tener una ‘empresa’ limpia y que dé trabajo a sus ciudadanos. 

¿Qué otras acciones ha realizado la asociación?

El año pasado se mandó a las Cortes de Castilla y León una PNL que está en trámite y se va a aprobar próximamente y viene a recoger el reconocimiento a los funcionarios de prisiones, la igualdad salarial, poner en marcha un plan de formación continua y restructuración de puestos de trabajo, una OPE extraordinaria, mejorar las condiciones laborales e iniciar un proceso de negociación para dar solución a las problemáticas específicas del personal. Esto ya está presentado en las Cortes de Castilla-La Mancha y se ha retrasado su aprobación por la pandemia. 

«Durante esta pandemia también hemos estado sirviendo a ese otro pueblo que también es parte de Cuenca, que es la prisión»

Además, en Cuenca recientemente se ha dedicado una rotonda a los funcionarios de prisiones.

La asociación también en Cuenca ha conseguido que se nombre una glorieta con el nombre de instituciones penitenciarias. Ya era hora de que en la ciudad se reconociera a un cuerpo esencial. 

En este punto, tengo que decir que por desgracia el otro día sentí envidia. Sentí envidia de ver a los profesionales de la salud, fuerzas y cuerpos de seguridad, protección civil… a todos menos a instituciones penitenciarias. Nosotros durante esta pandemia también hemos estado sirviendo a ese otro pueblo que también es parte de Cuenca, que es la prisión. 

Gracias a la profesionalidad de los funcionarios no se ha dado ningún caso durante la época más dura de la pandemia hasta el momento, y creemos que teníamos que haber sido incluidos en ese acto de reconocimiento y no nos incluyeron. No obstante, agradecemos al Ayuntamiento y al Pleno municipal al completo la aprobación del reconocimiento en la glorieta.   

¿Cuántas personas hay en ese ‘otro pueblo’ que es la cárcel de Cuenca?

Ahora mismo hay unos 120 internos y otros 100 de personas trabajando, teniendo en cuenta unos 50 funcionarios de prisiones y otros 50 entre trabajadores en segunda actividad y personal administrativo, así como el personal médico, educadores,  psicólogos y todos los que hacen que la vida de los internos sean las más conveniente para su resocialización.  

¿Cómo están las cosas en el centro penitenciario de Cuenca¿ ¿Cuáles son las necesidades de los funcionarios de prisiones?

La primera necesidad acuciante es que los internos se aburren porque no tienen talleres. Es complicado tener desocupadas a personas con esa personalidad, valga la redundancia. Sólo algunos que acuden a las escuelas tienen un poco de entretenimiento. Existe una pequeña escuela de marquetería que no da cobijo a todos, van cinco o seis internos; y luego tienen un gimnasio y un patio en el que de vez en cuando juegan al fútbol. Esa es la vida de un interno en la prisión de Cuenca. 

Otro problema es la falta de personal. Aunque sea una prisión pequeña nos vemos a veces con dificultades para coger días. 

«Hay personas en la cárcel que han tenido contacto con el positivo de COVID-19 a las que no se les ha hecho pruebas»

Recientemente se ha detectado un caso de COVID-19 en uno de los internos que volvía de permiso.

Otro de los temas que veo es la desunión que hay entre el servicio médico y la dirección del centro. Unos dicen que nos tenemos que hacernos las pruebas de detección de la COVID-19, otros que no nos las pueden hacer porque no se cumplen unos medios… Es curioso que todavía no se nos hayan hecho las pruebas a raíz del interno que dio positivo y que tuvimos noticias de su positivo el domingo pasado. 

Han sacado una lista de 16 personas que han tenido contacto con él, sin embargo hay otras personas que sí han tenido contacto y que no las han incluido. No entendemos por qué unos sí y otros no, y si hay funcionarios de primera y de segunda, o si se trata de un simple despiste, que también puede ser. Actualmente hay ocho internos en cuarentena, de los cuales uno está aislado por haber dado positivo. 

Otra de sus principales reivindicaciones y con la que habéis sido muy críticos es la de ser agentes de la autoridad. 

Es que es un tema con el que ser crítico. No se entiende por ejemplo que un profesor de autobús escolar sea agente de autoridad y nosotros no. Y no tengo nada contra ese colectivo, es por poner un ejemplo. 

No sólo da autoridad ante un interno, sino también sirve en caso de tener que ir a juicio. Ahora mismo, la palabra de un interno vale tanto como la mía en un juicio. También se pone en duda mi seguridad, porque no es lo mismo pegarme a mí que a un maestro, un médico o un conductor de autobús escolar. Ellos son considerados autoridad y supondría una pena mayor, y sin embargo nosotros somos uno más dentro de un medio tan hostil como son las prisiones. Es una de las cosas ilógicas que tiene este mundo penitenciario.