El Ayuntamiento quiere consensuar con hosteleros, vecinos y técnicos los elementos de las «terrazas de invierno»

La intención municipal es aprovechar inicialmente las posibilidades que ofrece la ordenanza vigente y posteriormente ofrecer un nuevo texto normativo, cuya aprobación inicial se desea realizar antes de acabar el año

La prohibición de servir en el interior de bares y restaurantes ha convertido a las terrazas en el último reducto de algunos negocios hosteleros -no todos- para poder continuar con su actividad. Una alternativa cuya viabilidad depende de las condiciones meteorológicas y estas no son las más propicias en una ciudad como Cuenca, de otoños fríos e inviernos gélidos. Convertir estos espacios al aire libre en zonas menos hostiles térmicamente es una de las demandas del sector y el Ayuntamiento capitalino se muestra dispuesto a facilitarla. 

Adrián Martínez Vicente, concejal de Movilidad y Servicios Públicos, explica a Voces de Cuenca que en la ordenanza vigente ya se ofrece algunas posibilidades para la instalación de lo que se ha venido en llamar «terrazas de invierno»‘. Esa será la primera base legal a la que se recurrirá, ya que las circunstancias actuales exigen «diligencia para actuar» de manera casi inmediata y la reforma del texto normativo en el que trabaja el Ayuntamiento se demorará indefectiblemente por los plazos administrativos.

En el artículo 23 de la normativa actual se mencionan específicamente, entre otros aspectos, las «terrazas cubiertas», cuya autorización es discrecional. Vienen definidas «como aquellas que se se sitúen directamente sobre la vía pública mediante anclajes que aseguren su seguridad y estabilidad «pero con posibilidad de desmontaje y que dispongan de cerramiento practicable en todas o algunas de sus caras». La instalación debe garantizar el libre tránsito peatonal fuera del horario de apertura del establecimiento hostelero vinculado a la terraza en cuestión.

Martínez Vicente explica que, tras estudiar distintas posibilidades, desde el Consistorio se está valorando que sea una declaración responsable de los hosteleros la fórmula por la que los hosteleros puedan implantar estos elementos, agilizando así los procesos burocráticos.

¿Qué elementos se podrán instalar? El dirigente municipal señala que, si bien la ordenanza actual ya contempla algunas opciones, quieren clarificar y consensuar con diferentes agentes implicados un listado. Esta semana está prevista una reunión en la que participarán responsables políticos municipales, representantes de las agrupaciones profesionales de hostelería, técnicos de Movilidad y las asociaciones de vecinos. «Hay que tener a todo el mundo en cuenta porque estas terrazas de invierno van a hacer uso del espacio público, del dominio público», remarca el concejal.

Aboga por la convivencia entre «el hostelero que necesita ese espacio para desarrollar su actividad y los ciudadanos y viandantes que quieren hacer uso de la calle».

Sombrillas, toldos y otros objetos como paravientos y cortavientos son algunas de las posibilidades que se barajan junto a los generadores de calor. El asunto de los calefactores, su seguridad, tipología y seguridad  es un asunto espinoso. Martínez admite que «si bien hay que tener mucha precaución con el tema de las emisiones CO2 y la contaminación que pueden suponer, entendiendo también que hay que hacer un pequeño paréntesis en estos aspectos para facilitar que se pueda desarrollar la actividad».

El Ayuntamiento se muestra dispuesto a escuchar y analizar distintas propuestas, que servirán además de base para la futura ordenanza, pero enfatiza que lo que se plantea en todo momento es que sean elementos desmontables, que puedan estar o no estar.

Otro asunto será lo que se establezca la próxima normativa. Para ese texto sí que se deja la puerta abierta a estructuras de carácter más permanente como las que se colocaron en su momento en la calle San Francisco de acuerdo con los hosteleros. 

Martínez se muestra reticente a concretar fechas sobre el plazo en el que estará lista la reforma de la ordenanza ya que queda al albur de distintos condicionantes que no dependen de la voluntad del Equipo de Gobierno. «Ahora lo que hemos hecho ha sido, siguiendo la ley de procedimiento administrativo, anunciar nuestra intención de modificarla para recibir las primeras aportaciones. Ahora estamos trabajando en un texto inicial en el que podemos incluir o no esas aportaciones. Una vez que lo tengamos, lo publicaremos y abriremos un período de alegaciones, que habrá y contestar, y a continuación será la aprobación definitiva». El deseo es que la aprobación inicial esté antes de que termine este 2020.

La importancia de este nuevo documento va más allá de la situación coyuntural de cierre del interior de locales que ha impuesto el Nivel 3 (y que en principio se revocaría con el levantamiento de las medidas, como ya ha ocurrido en Quintanar del Rey) y comprende también los cambios de usos de los clientes. Cada vez hay más consenso científico en que los exteriores son lugares muchos más seguros para evitar la propagación del coronavirus por lo que terrazas y espacios similares desbancan en las preferencias a los recintos cerrados.