Las gasolineras de la provincia al borde del colapso: «No sabemos si podremos abrir mañana»

Las bonificaciones aprobadas por el Gobierno obliga a los dueños de establecimientos a pagar de su bolsillo el combustible por adelantado. Estas cantidades son inasumibles para muchos de ellos

Gran parte de los propietarios de gasolineras de la provincia de Cuenca no saben si podrán abrir los próximos días. Las medidas tomadas por el Gobierno de España tras la denominación de ‘isla energética’ por parte de la Unión Europea, que incluye bonificaciones de 20 céntimos el litro para los usuarios, está recayendo directamente en los bolsillos de las gasolineras.

Esta medida asfixia mucho más a los pequeños propietarios -que son mayoría en Cuenca-, que a las grandes cadenas, ya que deben poner ellos de su bolsillo el dinero por adelantado de la gasolina que reciben para suministrar, a la espera de que si cumplen con toda la burocracia las administraciones les abonen lo adelantado. «Los pequeños y medianos empresarios no podrán hacer frente al adelanto del importe necesario para acometer el descuento en el precio, a pesar del supuesto adelanto de liquidez que ha anunciado el Gobierno», explican la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae).

Utilizando un símil futbolístico, estos propietarios comienzan el partido perdiendo 12-0. La situación es crítica para muchos de estos pequeños propietarios que admiten que no saben si podrán abrir en los próximos días. Desde una de estas gasolineras ‘low cost’ de Motilla del Palancar prefieren no hacer declaraciones para evitar «no decir algo de lo que me pueda arrepentir» fruto del enfado originado por la situación.

En Casasimarro, el propietario de un surtidor de la localidad explica a Voces de Cuenca que: «Tenemos que poner nosotros dinero de nuestro bolsillo, hay una competencia brutal en esto, y no sabemos si podemos tener mucho tiempo la estación abierta. Vamos a probar, y a ver la Administración cómo contribuye con el dinero que nos tiene que aportar».

Este propietario, que prefiere mantener el anonimato ante la difícil situación en la que se encuentra el sector, denuncia que «no se puede trabajar con una cantidad de céntimos muy pequeña y poner 20 de nuestro bolsillo, el pozo al final se agota, y lo hace rápido». Como en otros trámites burocráticos, uno de los problemas a los que se enfrentan es la lentitud de realizar solicitudes a las administraciones pertinentes para recibir el rembolso: «Eso está mal hecho, deberían haberlo sacado de otro sitio, y no deberían complicarnos la vida a todos los que estamos trabajando», reclaman estos trabajadores las medidas tomadas desde el Gobierno central.

Acusan que las medidas deberían haber afectado a los impuestos en los hidrocarburos, ya que actualmente sigue siendo el mismo. «Este es el mayor cacao de la historia», claman desde la indignación. Otras de las dificultades a las que se enfrentan estos pequeños autónomos son las técnicas, ya que se les exige contar con unas herramientas informáticas para el desglose de los precios, algo que según Aesae puede llevar hasta tres días de instalación. Además, a día de hoy, estos propietarios no saben si la instalación de estas herramientas correrá también de su bolsillo, aunque se resignan a que será así.

Una situación más que crítica de un sector que pide auxilio para mantener abiertas sus puertas, ya que como comenta este gasolinero de Casasimarro, «si en España hay 14.000 gasolineras, 9.000 somos de las pequeñas». Un dato que cobra más importancia si cabe en una provincia como Cuenca donde las grandes cadenas se asientan a los bordes de las autovías, y son estos pequeños surtidores los que terminan nutriendo a los vehículos de gran parte del territorio.