El físico conquense que transforma los datos en victorias en las pistas de baloncesto

Rafael Jiménez, natural de Henarejos, trabaja como analista de datos en un equipo de la Liga ACB.

En un partido de baloncesto forman parte la estrategia del entrenador, las tácticas de los jugadores, su estado físico y el compañerismo, pero también las matemáticas. Cada equipo genera una datos con los que se pueden calcular la eficiencia del juego y la estadística avanzada, que contextualiza esos apuntes para dar una información «más real» de lo que está sucediendo en la cancha.

En la Liga ACB, no muchos equipos cuentan en su staff con una figura que analice estos datos, algo que sí está implementado en el fútbol y en clubes de Estados Unidos. En uno de ellos, el conquense Rafael Jiménez es el responsable de la estadística avanzada, cuya función es analizar datos del propio equipo y del rival para dar una contextualización del juego.

«Hay que dar importancia al dato en la toma de decisión de los equipos», destaca Jiménez a Voces de Cuenca. Natural de Henarejos, es físico de formación y su trabajo es «aplicar la ciencia al deporte».

El conquense apunta que dentro del equipo calcula indicadores como el OER (Índice de Eficiencia Ofensiva) y el DER (Índice de Eficiencia Defensiva). Es decir, son los puntos que recibes y los que haces por posesión. «Por término general, si haces un análisis estadístico, te das cuenta de que es más eficiente cuando tu juego lo llevas a los primeros segundos de la posesión, que en baloncesto son 24 segundos, para maximizar el OER y minimizar el DER», destaca Jiménez, cuya conclusión es que «si juegas a más posesiones, por lo general, eres más eficiente».

Rafael Jiménez, en su equipo, ayuda al staff a tomar la mejor decisión posible con los datos que analiza a través de un software que incluye datos de partidos «para ver si estamos jugando dentro de esos parámetros, y si no, informarlo». «Nosotros queremos tirar en un momento concreto de la posesión, y si no lo hacemos, comunicarlo al staff para que si es necesario cambien algo en la forma de jugar. También depende del juego que haga el rival. Tiramos tantas veces en el momento que queremos tirar, o hacemos que los rivales no hagan lo que quieren», sostiene el conquense.

Un ejemplo de esta figura de analista de datos es el libro y la película ‘Moneyball: Rompiendo las reglas’, que cuenta la historia real de un equipo de beisbol dirigido por Billy Beane, quien utilizaba las estadísticas avanzadas para fichar jugadores.

El de Henarejos manifiesta que analiza, sobre todo, al equipo rival y la estadística avanzada de sus jugadores. También, qué parejas de jugadores son las más apropiadas «para mejorar, por ejemplo, la eficiencia defensiva». «Hay mucho cálculo y muchas matemáticas detrás de todo lo que hago en el staff», destaca Jiménez.

De estudiar Física a analizar datos en un equipo de baloncesto

Rafael Jiménez cuenta que es físico de profesión y formación, pero desde siempre es un amante del baloncesto. Cuando practicaba este deporte, dice que se daba cuenta que «se daba mucha importancia a los puntos, y que era difícil cuantificar las acciones fuera de la anotación, pero hacía otras muchas cosas en el equipo». Llegó un momento que reflexionó la posibilidad de evaluar a un jugador al margen de los puntos, «y con eso empecé».

Jiménez asegura que en España «se hacen cosas en análisis de datos, pero por lo general por algún entrenador dentro del staff, no una persona especialista en ello», y pone de ejemplo a Estados Unidos, donde el juego actual «demuestra que es más eficiente los triples y los tiros debajo del aro que los intermedios». Destaca que se cambió el modo de jugar allí hace 15 años «debido a que las matemáticas decían que era más eficiente o con triple o con mate».

Asimismo, el conquense señala que suele escuchar el podcast ‘Coffe Bread: Señal y Ruido’, que habla sobre el mundo científico. En uno de los programas, uno de los protagonistas hizo un comentario sobre modelos matemáticos aplicados a jugadores, y «fue lo que hizo falta para tirar del hilo». A partir de ese momento unió «las dos cosas que más me gustan»: la física matemática y el deporte.