Uno de los doce casos de la llamada cepa británica del coronavirus detectados en Castilla-La Mancha corresponde a la provincia de Cuenca, según ha desvelado este viernes el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, en respuesta a una pregunta de este periódico. Los restantes se reparten entre Toledo (ocho) y Ciudad Real (tres).
El responsable autonómico ha señalado también que «de momento» no tienen conocimiento de la presencia de otra variante, la cepa sudafricana, en la comunidad autónoma ni tampoco hay actualmente ningún caso sospechoso que se esté analizando.
En esa línea, Fernández Sanz ha detallado que la detección de estas variantes diferentes a las hasta ahora mayoritarias responde a un trabajo conjunto de la Consejería de Sanidad con el Instituto de Salud Carlos III de Madrid y que se reforzará la capacidad de secuenciación en las próximas semanas para cribar más y mejor esta tipología de infecciones. Hasta ahora esa secuenciación de muestras -un paso más allá en el análisis de la PCR- se ha venido centrado en aquellos casos sospechosos por factores como la procedencia o los contactos del paciente.
El consejero ha advertido de que, según datos con los que trabaja el Ministerio de Sanidad, la cepa británica puede estar muy extendida a finales de este mes y comienzos del siguiente «y ofrecer muchas complicaciones en marzo».
Aunque todavía no abundan las certezas, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como otros organismos sanitarios han apuntado que la variante es más contagiosa, por lo que acelera el ritmo de transmisión. Sobre su gravedad y letalidad hay menos consenso pero hay estudios que apuntan a que también sería superior, tal como reconocen informes del Centro de Coordinación de Alertas y de Emergencias Sanitarias.