Aprobado un trasvase para regadío en el Levante tras dos meses de cesiones sólo para abastecimiento humano

El Ministerio ha autorizado el envío de 15 hm3, de los cuales 7,5 hm3 serán para fines agrícolas, una decisión que lamenta los ribereños

La dinámica en la Comisión de Explotación continuó inalterable, con la petición sistemática del máximo trasvasable: 20 hm3. Si bien el Ministerio ha vuelto a recortar esa cifra, la Asociación de Municipios Ribereños lamenta que se retome la senda trasvasista cuando la cuenca del Segura tiene agua suficiente. “En vez de trasvasar por sistema, debería utilizarse primero el agua de la propia cuenca para cumplir con el Artículo 60 de la Ley de Aguas, tanto para regar como para abastecimiento humano en la Mancomunidad del Taibilla, el Segura tiene capacidad de sobra hoy por hoy”.

Para la presidenta de la Asociación, María de los Ángeles Sierra, “resulta triste, casi violento, que cada vez que llueva un poco, a pesar de tener los embalses casi un ochenta por ciento vacíos, resuenen las peticiones, las exigencias de agua desde el Levante, donde no falta el agua ni siquiera para beber”.

En la misma línea se lamenta el vicepresidente, Borja Castro, que, aunque agradecía el pequeño recorte de 3 hm3, lamentaba “volver a engordar la agroindustria del regadío a costa de los pequeños ingresos que se han producido en los últimos días en nuestros embalses”.

Nueva Sentencia

Más optimista se mostraba al valorar la tercera sentencia favorable del Tribunal Supremo, que desestimaba ayer el recurso del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) contra la modificación de las reglas de explotación del Trasvase (Real Decreto 638/2021 de 27 de julio).

“Esta nueva sentencia debería hacer reflexionar a mucha gente, a muchos políticos que utilizan a los pequeños agricultores para avivar sus intereses electorales, a costa de prometerles algo que no hay: agua”. Para Castro, “la guerra del agua es tan artificial como perjudicial y cainita, alentando un odio y generando unas expectativas que ni el Tajo, ni el Segura, ni el Ebro o cualquier otro río, pueden soportar; es hora de dejar de engañar a la gente, cada vez a menos, eso sí, y buscar alternativas sostenibles que respeten el patrimonio de todos los españoles”.