Manuel Torrero, secretario general de ASAJA, considera que la campaña del girasol de este año será peor que la de otros años, aunque no se aventura a dar ningún dato concreto. Considera que es algo incierto, ya que, aunque hay zonas en las que se pudo sembrar en las fechas que correspondía, mucha parte de la superficie se plantó alrededor de un mes y medio más tarde de lo normal, produciendo un desarrollo más lento.
Pero también influyen los procesos de maduración, y en eso pueden ayudar las temperaturas de estas últimas semanas (tampoco en exceso, ya que la sequía y el calor extremo son un factor condicionante negativo). En cualquier caso, si en una temporada de recogida normal se recogen unos 800kg de girasol por hectárea, habrá que esperar cerca de un mes para saber cuánto han influido todos estos factores para la campaña de este año. Las fechas y producciones de la vendimia también se verán afectadas por todas estas circunstancias.
Torrero, teniendo en cuenta las incertidumbres que rodean la campaña, prefiere no ser ni optimista ni alarmista: «muchas veces nos lanzamos a hacer previsiones de campaña y lo único que conseguimos a veces cuando nos equivocamos es provocar una distorsión en el mercado, o una previsión que invite a tomar decisiones equivocadas porque luego las predicciones no se cumplen».
