Manolo Santana dio sus primeros raquetazos en una pista hoy abandonada en Pajaroncillo

El histórico tenista pasó parte de su infancia en un caserío hoy deshabitado en el término municipal de Pajaroncillo

El mundo del deporte despedía este sábado a Manolo Santana, precursor del tenis de alto nivel en España, primer número uno mundial español en 1965, ganador del Roland Garros en 1961 y 1964, Forest Hills (US Open) en 1965 y campeón en Wimbledon en 1966. Las redes se han llenado de mensajes de condolencias y despedidas para el hombre que democratizó un deporte que hasta ese momento estaba reservado a familias de clase alta.

El presidente del Partido Popular en Cuenca, Benjamín Prieto, recordaba en su mensaje de condolencias emitido en la red social Facebook la vinculación de Santana con la provincia conquense. Tal y como apuntaba, el tenista “pasó parte de su infancia en nuestra provincia, en concreto en El Cañizar, un caserío hoy deshabitado, antigua finca del convento de Dominicos de Carboneras hasta la desamortización, situado en el término de Pajaroncillo, que nacía merced a la floreciente industria resinera el siglo pasado”.

Tal y como recoge el periodista Fernando M. Carreño en un artículo en el diario Marca, de hecho todavía se conservan los restos de la pista de tenis que se construyó ex profeso en El Cañizar para que entrenara. El historiador del tenis Julián Núñez Ferrer constató cómo la pista seguía existiendo, con las evidentes señales tras más de medio siglo de abandono, junto a una antigua fábrica de resinas.

Manolo Santana, de familia muy humilde, comenzó como recogepelotas en el Club Velázquez, donde comenzó a jugar. Al poco fue patrocinado por una familia de socios del club, la Romero Girón, que se hizo cargo de que pudiera desarrollarse como tenista, así como de sus estudiosy manutención. Esta familia tenía su base en El Cañizar, precisamente en la finca apuntada por Benjamín Prieto en su mensaje de condolencias, y era propietaria de la planta de procesado de resinas donde construyó la pista de tenis para que Manolo Santana pudiera continuar sus entrenamientos de vacaciones, en una especie de centro de alto rendimiento antes de que estos existieran.

Si bien las pistas del Club Velázquez ya no existen porque ahora en su lugar hay bloques de pisos, en el caso de la pista de El Cañizar, la despoblación ha permitido que se conserve -aún en estado de abandono- este histórico emplazamiento para el tenis español. La primera pista de tenis, la única que se conserva, en la que se formó el primer gran campeón, Manolo Santana.

El Cañizar. Foto: Diego Ortega