Cuenca, Despierta!

Carlos Solís Navarro, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Vecino de Cuenca.

A fuerza de mensajes de “Bruto, Despierta”, los partidarios de la Republica Romana, y opositores a la deriva imperialista de Julio Cesar, intentaban sacar de la apatía y a pasividad a Marco Junio Bruto, considerado como el último romano y esperanza del viejo régimen.

Los siglos han pasado, las necesidades de la sociedad se han vuelto más complejas, pero los temas de la participación ciudadana y la apatía de los gobernantes ante los problemas públicos siguen vigentes.

Hablando de participación ciudadana, quizá algunos lectores conozcan una aplicación disponible para cualquier dispositivo móvil llamada Línea Verde. A través de ella, los ciudadanos pueden geolocalizar y notificar incidencias como desperfectos en el mobiliario urbano, baches en aceras o problemas de limpieza, adjuntando fotografías y una breve descripción del problema.

El principio detrás de esta herramienta me parece muy válido. Al final del día, la capacidad para recopilar información sobre el estado de la ciudad se multiplica si se involucra al ciudadano de a pie. Sin embargo, el problema empieza cuando el Ayuntamiento de Cuenca en vez de compartir la responsabilidad de inspección, empieza a delegar, ceder o desentenderse de esta (que lector juzgue al final del artículo).

Si lo anterior ya es cuestionable, otro aspecto a discutir es el uso que hacen los responsables de mantenimiento de la información que recopilan. Pongo varios ejemplos.

Hace unos días, nos acostábamos con la triste notifica del fallecimiento de una mujer, al estrellarse su coche contra la barandilla de separación de la acera y la calzada, en la Calle San Antonio. Las imágenes del vehículo atravesado por los barrotes son espeluznantes.

Sin querer señalar como causa principal del accidente el estado de la barandilla, es relevante recordar que esta barrera fue reportada en mal estado en octubre de 2024 a través de la aplicación (código 3729969) y, a día de hoy, sigue en estado de “seguimiento”.

Si el accidente hubiese ocurrido unos metros más adelante, donde la barandilla está rota y los elementos metálicos forman auténticas lanzas, el juicio público habría sido más severo.

A raíz de esa notificación, ¿no se podría haber estudiado el estado de la barrera, su conformidad con el reglamento vigente (Real Decreto 1627/1997, el Código Técnico de la Edificación o la UNE EN 13374), o al menos reparado la sección rota? La barrera tal como se encuentra desde Octubre, no cumpliría su objetivo de separar viadantes de la calzada.

Otro ejemplo es el de las pintadas vandálicas en fachadas, especialmente las recientes en los barrios de Princesa Zaida y San Antón, con mensajes como “Policía asesina”, “Muerte a la policía” o “Policía nazi”. Una vez identificadas y notificadas dos o tres de estas pintadas,¿no se podría haber hecho el esfuerzo de recorrer esas calles y eliminar todas? Aún más: si ya se va a borrar una pintada, ¿por qué no eliminar también las que están justo al lado, aunque no hayan sido notificadas individualmente? Adjunto imágenes de incidencias marcadas como “resueltas” (posteriomente reclamada) para ilustrar el grado de eficacia de los servicios de limpieza de eficacia de los servicios de limpieza.

El pasado febrero, el Ayuntamiento afirmaba que en 2024 “se presentaron 2.773 incidencias a través de la app Línea Verde y se han atendido y finalizado prácticamente en su totalidad”. Debo de tener muy mala suerte, porque de las 40 incidencias que he reportado personalmente, solo 14 han sido solucionadas. El resto flotan en ese limbo digital de notificaciones “asignadas”, “pendientes” o eternamente “en proceso”.

También me debo rodear de gente con la misma suerte. Un caso llamativo son las incidencias sobre Parques y Jardines y Mobiliario Urbano que no se atienden por concepto. Supongo que el término totalidad es no es un conjunto cerrado en el que quepan las anteriores.

Para finalizar, me gustaría hacer un llamamiento a los representantes del Consistorio: es hora de tomarse en serio el mantenimiento de la ciudad. Como primer paso, sería útil presentar mociones o ruegos en el pleno que propongan un sistema más transparente para la gestión de incidencias, así como un mecanismo claro de seguimiento e información al ciudadano sobre su estado, con datos globales y accesibles.

En segundo lugar, urge un escrutinio exhaustivo de las partidas presupuestarias destinadas al mantenimiento urbano en los próximos presupuestos, acompañado de una identificación clara de prioridades para los próximos dos años.

Y, finalmente, es imprescindible un cambio visible en la actitud institucional hacia este tema. Más allá del uso puntual de una aplicación como Línea Verde, la ciudadanía espera algo más profundo: un Ayuntamiento despierto, proactivo y eficaz en el cuidado diario de Cuenca.

Como decía Victor Hugo, “Despertarse es darse cuenta de que uno tiene deberes.”