Votar en flotador y otras estampas para el anecdotario del 23J

La jornada ha estado marcada por el buen ambiente en las mesas electorales y por las típicas curiosidades de una larga jornada de convivencia ciudadana

Las elecciones en Cuenca son jornadas que suelen estar marcadas por el buen ambiente en las mesas de votación, en las que es norma una convivencia sana entre presidentes, vocales, interventores y apoderados sin importar sus filias políticas. Y como cada convocatoria electoral, el día suele estar protagonizado por anécdotas y curiosidades que quedan para el recuerdo.

Una de las estampas más pintorescas se ha producido en el colegio electoral situado en El Almudí. Allí, uno de los votantes ha acudido ataviado con un flotador en la cintura. Si bien en un primer momento su aparición ha generado cierta incertidumbre en la mesa, ha ejercido su derecho al voto sin más incidencia que dejar una foto curiosa.

La mayoría de los votantes optan por acercarse hasta la mesa con un perfil bajo, casi queriendo pasar desapercibidos y limitándose a un leve saludo. Pero hay algunos a los que les gusta ser el centro de atención y recibir todas las miradas. La medalla de plata en este apartado -el oro indiscutible es para el hombre que ha ido a votar en flotador- ha sido para un votante de San Antón que ha entrado en el colegio electoral al grito de ‘Viva la República’.

Entre los votantes menos discretos, una señora que en el Centro Joven se ha metido con su nieto en la cabina a votar, pero se ha dejado las gafas y a voces ha empezado a decir su intención al nieto para que la ayudara a encontrar las papeletas y dónde poner las cruces. Al salir de la cabina, todos los asistentes tenían claro su voto. No ha sido la única que ha ido acompañada de menores, e incluso en algunos casos han sido los niños (con permiso de la Presidencia) quienes han introducido en la urna el voto de sus padres.

Por la mañana pronto y poco antes de la hora de la comida han sido las horas favoritas por los deportistas para ir a votar. Ciclistas y runners han aprovechado su actividad física de las mañanas de los domingos para ir a depositar sus votos, por supuesto vistiendo sus respectivos vestuarios de ‘trabajo’.

No han sido los únicos que han aprovechado el paseo matutino para ejercitar su derecho democrático. La creciente tolerancia con las mascotas se ha dejado notar en los colegios electorales e incluso ha sido posible ver a algún perro (por supuesto acompañado por su dueño) entrar a las cabinas.

Otra de las fotos para el recuerdo se ha disparado en el colegio electoral del Centro Joven, donde en una de las mesas un padre y su hijo han coincidido como presidente y vocal. En este caso, a diferencia de lo que ocurre en las comidas de los domingos, la presidencia de la mesa ha correspondido al más joven.

En el colegio de El Almudí, las vecinas monjas Benedictinas han acercado pastas, café e incluso helado que han podido degustar no sólo presidente, vocales y apoderados, también algunos votantes. No ha sido el único colegio donde ha habido quien ha dejado algún tentempié para los integrantes de la mesa.

Mucho calor en algunos colegios electorales

En el apartado de quejas, ha destacado en esta ocasión el calor insoportable en alguno de los centros de votación. La humedad de la piscina Luis Ocaña supuesto un suplicio a quienes les ha tocado en primera persona vivir la fiesta de la Democracia. Los centros sociales de San Antón o Los Tiradores han sido otros de los lugares más calurosos. En alguno de los colegios incluso había carteles colgados en los que se podía leer: “Por favor, que el termostato de la calefacción no baje de 22ºC para que las aulas estén calientes por la mañana”. Un mensaje ciertamente difícil de leer durante varias horas un 23 de julio. El Ayuntamiento distribuyó 60 ventiladores para hacer más llevadero el día, pero tal y como indican desde colegios, han llegado desmontados en cajas y ha tocado empezar el día haciendo montaje y algunos han fallado. Por el contrario, ha habido colegios que incluso disponían de aire acondicionado y la jornada ha transcurrido a una agradable temperatura.

En el colegio electoral situado en el Recinto Ferial La Hípica una de las quejas durante los pasados comicios municipales y autonómicos fue el poco espacio que había entre las diferentes mesas. En esta ocasión se han distribuido con una mayor distancia entre ellas, por lo que los asistentes tenían una mayor comodidad tanto para depositar su voto como para comprobar toda la documentación de los votantes.

Y como en toda jornada electoral, a última hora del día el cansancio y la importancia del recuento ha hecho que se registraran tensiones entre apoderados e interventores. Los típicos despistes con las cruces en las papeletas del Senado y decidir si un voto es nulo o aceptado han sido los principales motivos de discusión. También se ha registrado una protesta en el colegio de San Antón, donde un hombre ha ido a votar en nombre de su hija impedida y portando su carné, y la presidencia de la mesa le ha informado de que no podía.