A pesar de los pesares, de las bajas y la precariedad, el REBI Cuenca vive un momento dulce tras las contundentes victorias ante el Atlético Valladolid en la liga y al Alcobendas en la Copa del Rey. Este sábado tiene el reto de canjear ese eufórico estado de gracia por los primeros puntos fuera de casa. La oportunidad -o el reto, según se mire- habita en Nava de la Asunción, el pueblo segoviano que vive por y para el balonmano y a cuyo equipo local se enfrenta a partir de las 18:00 horas en la octava jornada de esta edición de Asobal.
Lidio Jiménez, el entrenador del REBI Cuenca, advierte que llegan al partido como en los dos o tres anteriores, es decir, «sabiendo de nuestras limitaciones y que vamos a un campo complicadísimo de ganar». El principal handicap está en el apartado físico: no se recuperan los efectivos lesionados y el agotamiento cada vez se nota más en la plantilla. «A ver los que estamos disponibles para afrontar el partido el sábado pero estamos muy limitados e incluso para entrenar».
El técnico confía no obstante en aprovechar la presión de su rival, que no pasa por su mejor momento, y no duda en calificarlo como un buen plantel que cuenta con mucha experiencia, «y que va a ser muy peligroso, además con su público, que lo multiplica por tres». «Vamos a tener que hacer un partido muy redondo para ganar», insiste.
El vacío institucional en el club tras la dimisión de Isidoro Gómez Cavero, a quien desea los mejores deseos y espera que «luche como sabe» en su proceso médico, también está afectando a posibles incorporaciones y recursos.













