Al Incarlopsa Cuenca le sobran minutos y no puede con el Bidasoa (32-27)

La segunda mitad determinó la suerte del partido

El Bidasoa se ha impuesto al Incarlopsa Cuenca (32-27) en un excelente partido, un homenaje al balonmano. La igualdad y la intensidad fueron las constantes hasta que, en la segunda mitad, la falta de acierto visitante (impulsada por una soberbia actuación del meta local, Sierra) y el menor rendimiento de la portería conquense inclinaron el fiel de la balanza a favor de los irrundaras hasta un marcador demasiado descompensado para los méritos acreditados por ambos equipos.

El doble cansancio físico y psicológico se dejó notar en los de Lidio Jiménez. La escasez de plantilla, a pesar de contar con todos los efectivos, y los partidos acumulados hicieron mella; sobraron minutos para disputar hasta el final el empate o la victoria.

Los primeros minutos fueron un atracón de goles, como si la pista del Artaleku fuera una pasarela de moda en la que lanzadores y atacantes mostrasen las mejores galas de la temporada. Dos nombres propios brillaron especialmente en esa fase: Sergio de la Salud -que, en un chiste fácil, nos quitó la ídem- y Thiago Alves, que al contrario que su partener no mantuvo la misma regularidad y sólo aparecería después en momentos muy concretos.

Aguantó el Cuenca por su acierto atacante y también por un Leo Maciel que hizo de él, de su mejor y mayoritaria versión, en esa primera mitad (otra historia fue la de la segunda) y era capaz de desquiciar a los atacantes vascos reiteradamente.

En el ecuador de la segunda mitad el luminoso reflejaba un 8-8, empate que entre otros factores se rompería momentáneamente, por la descalificación de Racotea. Roja por darle en la cara al Colo Vainstein. El Cuenca rentabilizó el golpe psicológico gracias a una mejora defensiva, las salvadoras intervenciones de Maciel y una alegría atacante que tuvo su mejor exponente en Nacho Moya, que se llenaba el zurrón de goles (cerró el partido con ocho).

Dos arriba se pusieron los castellanos, con ocasiones de agrandar a tres la brecha que no aprovecharon. Hasta que el Bidasoa reaccionó, cambió su defensa a un esquema más abierto, de esos que siempre se nos atragantas, y devolvió el marcador al terreno de la igualdad. Con empate a 14 se llegó al descanso.

La reanudación mantuvo el encuentro por la senda de lo parejo, pero con un matiz importante. Esta vez las leves ventajas de un gol eran para los irrundaras. El Incarlopsa rindió lo que pudo en defensa de una manera más coral, pero las muñecas locales -y no solo la de Sergio de la Salud- cada vez estaban más inspiradas.

Maciel despeñó sus porcentajes (Lidio lo terminó cambiando por Samu Ibáñez, que no pudo romper la atónica) y las labores en ataques cada vez eran más infértiles. Hasta diez minutos estuvo el Cuenca sin marcar, con un Sierra que lo paraba casi todo, penaltis incluidos, y perdidas que propiciaban contraataques que habían sido hasta entonces inéditos en los partidos.

A ocho minutos del final el Bidasoa se había ido de cinco (26-21) y de nada sirvió un conato de tensión con Simonet y, a su manera,, Thiago como principales abanderados. No fue suficiente, Sierra siguió desbaratando cualquier opción de remontada y los irrundaras mantuvieron su idilio con el gol. La renta de cinco goles se mantuvo hasta el final.

ESTADÍSTICA DEL PARTIDO