‘¿Por qué dijiste mi nombre?’, estreno literario de la alemana afincada en Cuenca Uta Klepzig

La culpa y el perdón, las relaciones paterno filiales y una trama policial son los temas principales que desarrolla en una ciudad situada al margen de ajetreos y modas para la que Cuenca ha servido de inspiración

La culpa y el perdón, las relaciones paterno filiales y una trama policial son los temas principales de ‘¿Por qué dijiste mi nombre?’, primera novela publicada por la alemana Uta Klepzig, afincada en Cuenca desde hace cuatro décadas. La obra puede adquirirse a través de la página web de Amazon.

Tal y como ha explicado Klepzig en declaraciones a Voces de Cuenca, la obra cuenta “una relación paterno filial, un conflicto entre padre e hija. Se desarrolla una trama policiaca tras un asesinato y también se tratan temas relacionados con la culpa y el perdón”.

La novela está ambientada en “una ciudad situada al margen de ajetreos y modas”, para la que Cuenca ha servido de inspiración. “Hay un tema personal, autobiográfico, porque creo que es inevitable cuando escribimos. Hay motivos, pinceladas, que tienen que ver con la música y eso podría ocurrir en cualquier otra ciudad, no es exclusivo de Cuenca, y aunque vivo aquí desde hace mucho tiempo, desde luego te inspiras en lo que oyes y lo que ves, pero también podría ser cualquier otro sitio pequeño”, ha explicado.

Procedente de cerca de Frankfurt, y tras casi 40 años afincada en Cuenca su uso del español es perfecto, y escribe en español pese a no ser su idioma materno. “Es un poco esquizofrénico, siempre me ha gustado escribir. Ya en Alemania escribía, lo que pasa es que me vine muy pronto a España y lo dejé e intentaba escribir en español”.

Tomó esta afición porque tal y como subraya, “me gusta contar historias, aunque no hayan ocurrido ni vayan a ocurrir nunca, me gusta contar algo que el lector se sienta atrapado por algún motivo, que cuente algo de la vida”.

En cuanto a sus autores de referencia, cita en primer lugar al alemán Thomas Mann “por la manera de escribir, la actitud del narrador y también porque es muy culto”. “Luego desde siempre me ha gustado El Quijote, lo que pasa es que siempre lo he leído en alemán, porque está en el currículum de todos los estudiantes, y me ha gustado mucho. Me gusta mucho leer y me inspiran autores como Gabriel García Márquez, Javier Marías, Javier Cercas. También la georgiana que escribe en alemán Nino Haratischwili, autora de ‘La octava vida’”.

Pese a que es su primera obra publicada ya había escrito otras dos novelas, una en alemán y otra en español. Pese a haber cursado los estudios de magisterio “por cosas de la vida” desarrolló su carrera profesional como empleada de banca y dejó la escritura al terreno de la afición personal. “Verónica Martínez, ‘doña Verónica’ tiene mucho que ver que yo me haya atrevido a escribir en español, porque fue mi mejor profesora, aprendí muchísimo con ella y me animó a emplear el español. Me inspiró mucho”, sentencia.

Sinopsis: Sin verdad no hay justicia: la jueza de instrucción Clara Castro es implacable en el desempeño de su profesión. Siempre busca la verdad, porque solo el conocimiento sin fisuras de la verdad garantiza un juicio justo. Cuando Clara recibe la noticia del fallecimiento de su padre, vuelve a su ciudad natal, un lugar de ensueño alejado de modas y ajetreos, para asistir al funeral. Lo que en principio se presenta como una breve visita familiar, se convierte en el proceso de instrucción más personal de la jueza Castro. Se enfrenta a un caso de asesinato ocurrido muchos años atrás que desembocó en una dolorosa ruptura familiar. Ahora empieza a buscar respuestas, conoce nuevos hechos y descubre nuevas verdades. Vuelve a lo que ya descubrió entonces, pero ocultó a la justicia, vuelve a sus propias mentiras. Y también a la tragedia vital de la familia Castro que la confronta con una grave culpa que nunca ha podido olvidar. Otra vez llega a un punto de inflexión. ¿Sabrá aplicar sus inquebrantables principios sobre verdad y justicia? Se da cuenta de que debe actuar, no solo para alcanzar la justicia, sino también para vivir la liberadora experiencia de la reconciliación y del perdón.