Con una trayectoria que refleja evolución y autenticidad, Gabriel Luján se ha consolidado como una de las voces más interesantes del panorama musical conquense independiente. Tras formar parte de Dolly Rose, banda con la que exploró sonidos que iban del pop alternativo al indie rock, Luján continúa su viaje creativo como integrante de Indica, un proyecto que apuesta por una propuesta más madura, introspectiva y experimental.
Índica surge como un proyecto de pop‑rock compuesto por músicos de diversas formaciones de la escena independiente, incluyendo ex‑miembros de Dolly Rose como Gabriel Luján, así como veteranos de IZAL y Hamlet. En los últimos meses han presentado su repertorio de versiones de muy conocidas del panorama indie en diferentes salas de toda la geografía nacional. El conjunto ha colgado varios carteles de «completo» en sus actuaciones, como la que llevaron a cabo en la sala Le Première de Albacete, lo que evidencia el éxito que el grupo está conquistando en el panorama independiente.
En apenas un año desde que se separara el conjunto conquense, Luján hace un recorrido sobre los cambios que ha vivido como artista, su experiencia en la escena musical local y nacional, y cómo ha influido su paso por Dolly Rose en la identidad sonora de Indica. Con la sinceridad que lo caracteriza, Luján comparte sus motivaciones, inquietudes y el proceso detrás de su música actual, en un momento clave de su carrera sin dejar de lado sus raíces y su sentido de pertenencia como conquense.
¿Cómo empezó su andadura como músico?
Yo llevo toda mi vida dedicado a la música, desde que tengo uso de razón. No me acuerdo exactamente cuándo empecé, porque hace bastante tiempo, supongo que tendría 5 o 6 años. Mi instrumento siempre ha sido la batería hasta bien entrado en la adolescencia, que decidí tomar otro camino porque vi que tenía la facilidad de poder desarrollarme también en otros instrumentos que tenía un poco apartados. Alguna vez había tocado la guitarra, pero nada serio y como vocalista era cantante de ducha, como cualquier otro.
Sobre 2019 montamos un grupo, algo que se inició como una cosa pequeña por hacer algo de música y no oxidarse. Poco a poco la cosa fue creciendo y se vio bastante influido por la implementación de versiones a nuestro repertorio. Las versiones nos han hecho crecer bastante y es algo que a día de hoy sigue siendo así, no es todo mérito propio ni mucho menos. Podría llenarme la boca diciendo que mi carrera ha sido súper brillante y soy un gran compositor de temas propios, pero no ha sido así, hemos trabajado con versiones aunque si es cierto que hemos tratado de adaptarlas a nuestro estilo.
En 2024 usted toma la decisión de concluir su andadura profesional con el grupo Dolly Rose, ¿cómo se sitúa en ese momento usted como artista y a nivel grupal, cuando estaban en un momento tan dulce?
No me posicionaba en ningún sitio, la verdad, o sea, ni como persona, ni como grupo, ni como nada, si hubiese estado posicionado en un alto nivel probablemente seguiría haciendo conciertos con Dolly Rose, pero no soy una persona a la que le gusten las etiquetas.

Dijo en el momento de la disolución del grupo que se separaba buscando un cambio profesional y cambiar de algún modo su andadura como artista, ¿lo ha conseguido?
Sí, sobre todo lo que necesitaba era ver caras nuevas compartir distintas opiniones porque al fin y al cabo en Dolly Rose tenía un papel más enfocado a la dirección y ese papel puede llegar a saturar bastante cuando ya no sabes qué hacer y cómo hacerlo. Es interesante compartir con otras personas, que encima tienen una gran trayectoria o una experiencia muy grande a nivel musical y artístico, esas ideas y hacerlo todo en consenso, de un modo más democrático, que yo creo que es también lo que necesitaba. Este paso me ha permitido descubrir aspectos diferentes, geste distinta y otros modos diferentes de hacer lo mismo, por lo que está complementándome en todos los sentidos.
Apenas ha pasado un año desde que separara su camino de Dolly Rose, ¿ha notado cierta evolución desde entonces?
Creo que es feo hablar de evolución porque no tiene nada que ver con la música. Todos, como humanos, tenemos una evolución, cualquier persona que crece y cualquier persona que se enfrenta a otras experiencias y aprende otro tipo de cosas, pero yo sigo siendo aquel chaval que empezó en la música, por lo menos tengo la misma ilusión o más, pero sí que es cierto que a nivel personal he crecido en muchos aspectos, pero no creo que haya sido un mayor cambio en nada de lo musical.
Siempre llevo mis raíces, pero para mí mis letras y mis composiciones pertenecen al mundo, no a Cuenca
Dolly Rose era un grupo conquense con el que llevaban a Cuenca allá por donde iban, ¿sigue haciendo lo mismo con Indica al no tratarse de un grupo adscrito a esta tierra?
Yo siempre suelo llevar mis raíces allá donde voy, sea en la música, sea en lo que sea, sea en un viaje personal o en una escapada a cualquier sitio. Sí que es cierto que por lo menos la gente con la que tocamos respeta mucho de dónde venimos y agradece el hecho de haber descubierto esa parte artística que también tiene Cuenca.
¿Se plantea en algún momento avanzar como compositor y de algún modo hacer galardón de esas raíces con música o letras dedicadas a Cuenca?
Vuelvo a lo de las etiquetas, yo siempre llevo mis raíces, pero para mí mis letras y mis composiciones pertenecen al mundo, no a Cuenca. Sé que suena muy bohemio, pero es así. A día de hoy sigo componiendo a día de hoy, también con integrantes de Indica, seguimos de manera alternativa, haciendo música personal, pero bueno, a una velocidad muy lenta, a nuestro ritmo y con buena letra.
Aunque no crea en esa música «con etiquetas», de algún modo la ciudad supondrá para usted una inspiración…
Cuenca siempre ha sido un sitio de inspiración para muchas cosas no solo para la música. Es cierto de que el primer disco de Dolly Rose fuese compuesto en Cuenca, y eso se nota y dejó una impronta bastante importante. Probablemente si hubiese sido extremeño tendría otro sonido o tendría otra inquietud, y que fuese de Cuenca yo creo que influyó positivamente en ello.
¿Hay algún objetivo como músico y como persona al que le gustaría llegar o que se pone para seguir creciendo?
Mi objetivo es conseguir que la gente disfrute escuchando o viendo lo que hago, y que se sienta de alguna manera identificado con alguna parte de mi historia a modo de motivación o porque le gusta lo que está viendo o lo que escucha. No tengo ningún objetivo ostentoso, no pretendo ser famoso, ni tampoco pretendo hacerme millonario ni mucho menos, sobrevivo con lo básico y sabiendo que de momento vivo de la música. Poder seguir disfrutando de esto de manera infinita es lo único que quiero, y de momento ya lo he logrado.

Colgando el cartel de «Sold Out» en sus conciertos con Indica, se encuentra en un punto muy dulce de su carrera, ¿hasta dónde puede llegar esta carrera musical? ¿Cree que llegará un punto en el que necesite realizar algún cambio antes de «morir de éxito», como les pasa a veces a algunos artistas?
No creo que vaya a morir de éxito ni mucho menos, pero estoy sorprendido porque cuando creamos este proyecto desde el minuto uno tuvo una buena respuesta, pero no sabíamos que habíamos dado con una fórmula adecuada que funcionase en distintos sitios de la península y que iba a tener tanta aceptación. Fue especialmente sorprendente la respuesta por parte de gente importante para nosotros a los que valoramos del mundo de la música, que nos hace llegar sus mensajes de cariño, de admiración, de agradecimiento por lo que vamos haciendo y lo que vamos labrando poco a poco.
En su nueva etapa con Indica ha vuelto a Cuenca, ¿le han recibido los conquenses con el mismo cariño o incluso más que lo hacían con Dolly Rose?
No sé si con más, pero desde luego que el mismo sí. Cuenca, por lo menos a mí personalmente, siempre me da un calor único y tengo que decir que eso es una de las motivaciones que nos hace querer seguir volviendo a Cuenca. Al fin y al cabo eso es lo más importante, puedes llenar cualquier sala o puedes llenar cualquier garito o cualquier festival, pero si en tu casa no te aceptan o no te respetan tal y como tú te imaginas, es muy duro sacar un proyecto hacia delante.
Personalmente tengo que decir que la respuesta de Cuenca siempre es un empujón muy fuerte para nosotros. De hecho, por eso fue aquí el primer concierto, que para ha sido uno de los grandes puntos de inflexión del comienzo de Indica. Si esa primera vez sobre el escenario con ellos hubiese sido en otra parte, no hubiese tenido ningún sentido.
Siempre que tenga tiempo y que la gente que quiere lleve a cabo cualquier plan o idea desde el corazón, yo siempre me presto para absolutamente todo
¿Qué tal es la relación con sus excompañeros de Dolly Rose? ¿Le han extendido su enhorabuena y apoyo en esta nueva etapa con Indica?
Como comentamos en su momento, el grupo terminó de forma repentina, pero nuestra relación sigue siendo la misma, muy cercana para ambos. Ellos me piden ayuda cuando la necesitan yo les pido ayuda a ellos cuando la necesito porque ellos también siguen creando sus proyectos a otro ritmo y de otra manera estamos para lo que necesitemos. Sí que es cierto que no he sentido ninguna falta de cariño ni un cambio de actitud de su parte y tampoco lo ha habido de la mía. Aunque puede haber sido duro para según qué posiciones, ellos han venido a los conciertos y se llevan genial con los músicos de Indica y por suerte podemos gozar de una relación magnífica entre todos.
Están produciéndose en Cuenca muchos proyectos con festivales, proyectos cinematográficos y literarios en los que el talento conquense se apoya y colabora entre sí, ¿le gustaría ponerle voz a alguno de estos proyectos cinematográficos? ¿Qué sueño le gustaría alcanzar en su tierra?
Me hace sentir bastante orgulloso el hecho de que haya gente de Cuenca que componga, que haga cosas de calidad y sobre todo que pongan cariño a esta profesión. A modo de sueño tampoco, porque no es una meta, pero sí que me gustaría hacer el himno cuando se cumpla el centenario del Conquense.
No me importaría trabajar con la ciudad en algún ámbito musical que me necesite. Soy un tipo que siempre responde a cualquier estímulo de cualquier persona que me necesite, siempre que tenga tiempo y que la gente que quiere lleve a cabo cualquier plan o idea desde el corazón, yo siempre me presto para absolutamente todo.