Asociación de Catadores/as de Vino de Cuenca: 20 años brindando cada mes

En el acto conmemorativo del aniversario se hizo entrega de un reconocimiento especial a los dos presidentes que han guiado a ASCAVICUM

La Asociación de Catadores/as de Vino de Cuenca (ASCAVICUM) ha celebrado su vigésimo aniversario con una emotiva cata maridaje en la que se rindió homenaje a dos décadas de pasión por el vino, el aprendizaje colectivo y el reconocimiento constante a los caldos de Castilla-La Mancha y del resto del mundo.

Desde su fundación en 2005, ASCAVICUM se ha convertido en un referente en la cultura vitivinícola conquense. Cada mes, sus socios se reúnen para catar, puntuar y maridar más de 50 vinos al año, compartiendo conocimientos y emociones alrededor de una copa. Además de las catas mensuales, la asociación organiza cursos formativos, jornadas, excursiones a bodegas y otras actividades vinculadas al mundo del vino.

En el acto conmemorativo se hizo entrega de un reconocimiento especial a los dos presidentes que han guiado a ASCAVICUM durante estas dos décadas: Rodrigo Fernández, presidente y socio fundador, que además en la actualidad ejerce el cargo de delegado provincial de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural; y Loli Morales, actual presidenta.

En su intervención, Loli Morales destacó la buena armonía que reina en la asociación después de 20 años de andadura: “Lo más bonito de todo esto no es solo catar vino, sino hacerlo en compañía, con respeto y cariño por nuestra tierra y por lo que representa el vino en nuestra cultura. Hemos aprendido mucho, especialmente a valorar nuestras variedades autóctonas, como la Bobal, la Garnacha Tintorera o la Airén, que son patrimonio vivo de Castilla-La Mancha”, expresó.

Por su parte, Rodrigo Fernández recordó los inicios de ASCAVICUM con emoción: “Nos unía la ilusión por descubrir nuevos vinos, y esa ilusión sigue intacta después de 20 años. Hoy podemos decir con orgullo que hemos contribuido a dar visibilidad a los vinos de Cuenca, a nuestras bodegas y a la riqueza de una tierra que, a pesar de ser una gran desconocida, guarda joyas enológicas que cada vez más gente sabe apreciar”.

El espíritu que impulsó la creación de ASCAVICUM sigue muy presente: una mezcla de curiosidad, compromiso con la tierra, y pasión por el mundo del vino. Desde sus comienzos, la asociación ha apostado por dar protagonismo a los vinos de Castilla-La Mancha, sin cerrar la puerta a caldos de otras denominaciones nacionales e internacionales, lo que ha enriquecido enormemente la formación y experiencia de sus miembros.

En cada cata, los socios utilizan fichas técnicas para puntuar los vinos degustados y al final de cada temporada se concede un premio al vino mejor valorado. Este compromiso con la evaluación rigurosa y el disfrute responsable ha convertido a ASCAVICUM en una escuela informal pero exigente, donde cada miembro aporta y aprende.

Con 20 años de historia y una comunidad sólida, ASCAVICUM mira al futuro con el mismo entusiasmo con el que comenzó: con una copa en la mano, la vista en el terruño, y el deseo de seguir descubriendo, compartiendo y celebrando lo mejor del vino de Cuenca, de Castilla-La Mancha y del mundo.