Conseguir un uso eficiente de la línea de alta velocidad Madrid-Cuenca-Levante que contribuya a reducir el número de conquenses que emigran al no poder trabajar en su tierra. Es la síntesis de los objetivos con los que ha nacido la ‘Asociación de usuarios AVE Cuenca’, una entidad impulsada por viajeros habituales de este medio de transporte que reclaman mejores horarios, tarifas y condiciones en la oferta de trenes de la Estación Fernando Zóbel.
«Esto no va de que yo quiero ir a Madrid y de facilitarme a mí personalmente mi trabajo. Una mejora de los servicios beneficiaría a Renfe, porque lógicamente aumentaría la demanda, y a la ciudad y la provincia, ya que mucha gente que trabaja en Madrid podría venirse a Cuenca a vivir. Aprovechar mejor la línea ayudaría a frenar la despoblación», explica Javier Barajas, que ejerce como portavoz provisional de la plataforma.
Él es un ejemplo de esos residentes en la ciudad de Júcar y Huécar que van a diario a su puesto de trabajo en la capital de España. Una opción vital que «cada día es más difícil» por los horarios y la merma de una oferta que, sobre un punto de partida ya deficitario, ha empeorado en los tiempos de la pandemia. «Yo he negociado con mi empresa y he conseguido ir a trabajar más tarde, pero para mucha gente es imposible porque el primer Ave procedente de Cuenca llega a Atocha a las 8:45 horas y tiene que estar antes en su oficina», explica.
La demanda de la asociación es que el primer convoy de la jornada esté en Madrid antes de las ocho de la mañana, algo que ya sucede con los trenes con origen o parada en Puertollano, Ciudad Real, Toledo, Segovia y Valladolid.
Agravio comparativo
Precisamente uno de los retos de la neonata organización ciudadana es acabar con el agravio comparativo que sufre Cuenca respecto a estas localidades, que están a una distancia relativamente similar a la urbe madrileña y con las que comparte muchas características sociodemográficas. Allí las tarifas Avant, mucho más baratas que las estándar del Ave, están también disponibles para billetes sueltos mientras que en Cuenca solamente se pueden usar mediante bonos y en algunos trenes determinados.
«Cada vez menos», según lamenta Barajas, quien explica que han comprobado que a partir de marzo el servicio que sale de Madrid a las 13:40 horas y para en Cuenca a las 14:34 deja de estar contemplado como Avant. Tras esa supresión, a diario en la relación Atocha-Fernando Zóbel «habrá un tren con esta tarifa a las 6:45 horas y ya no saldrá otro hasta las 19:40, un hueco enorme».
Un estudio elaborado por la asociación refleja que de las 15 frecuencias diarias Cuenca-Madrid, solamente 3 están disponibles para los abonos Avant. En el trayecto inverso son 4. La situación contrasta con los 6 de Ciudad Real, los 8-9 de Valladolid y los 6-7 de Puertollano. En Toledo el 100% son Avant. Las antiguas «lanzaderas», como todavía son conocidas, copan allí las vías.
Hay también una derivada económica. «Un conquense que trabaje en Madrid y vaya y venga todos los días se gastaría 555,60 euros mensuales cogiendo el abono más barato para esas circunstancias, el Tarjeta Plus de 30 a 50 viajes», explica Barajas. Y eso si todos los trayectos los realizara con precios Avant. Para los que teletrabajan parcialmente y no se desplazan cotidianamente, solamente lo hacen una o dos veces por semana, la factura de cada viaje se dispara, por lo que acaban recurriendo al coche y a plataformas como BlaBlaCar.
A esa cifra habría que añadir el coste del transporte público en territorio madrileño «y los 40 euros, como mínimo, de parking de la estación de Cuenca, que se le pueden restar si alguien le acerca o si hace malabares con la combinación del bus urbano», analiza el portavoz.
Ubicación de la estación
La ubicación de la estación a varios kilómetros del casco urbano es otro de los hándicaps de la ciudad para aprovechar el potencial del AVE. «Al final se puso ahí y poco podemos hacer frente a eso», lamenta Barajas, quien lanza plantea varias reivindicaciones para mitigar los efectos nocivos del emplazamiento. «Sería bueno que ese aparcamiento se abaratase, porque en otras ciudades no pagan nada. Y habría sincronizar los autobuses urbanos con los horarios de los Aves, reclama. Los problemas de conexión «al final son otro quebradero de cabeza más que dificultan más el viaje». Prueba de ello, ilustra, es el grupo de WhatsApp de los usuarios para compartir taxi desde la Fernando Zóbel y abaratar los trayectos.
Y ha sido precisamente en esta aplicación de mensajería instantánea, en otro grupo creado adrede para ello, donde se han dado los primeros pasos de esta asociación de viajeros. Tras varias semanas de trabajo previo, la entidad celebró la semana pasada su primera reunión telemática y confía en culminar durante los próximos días los trámites burocráticos para dotarse de personalidad jurídica propia. Además, ha iniciado su actividad en las redes sociales con sendos perfiles en Twitter y Facebook.
El siguiente hito que han marcado en su calendario es reunirse con el alcalde de la ciudad, Darío Dolz, para trasladarle su visión de las carencias del servicio ferroviario y plantearle sus demandas y sugerencias. «Le hemos pedido un encuentro por email y le hemos escrito por Twitter pero a día de hoy (por el viernes) todavía no hemos recibido respuesta», relata Barajas.
Desde la asociación quieren contactar con todos los partidos para promover una moción en el Pleno del Ayuntamiento y después llevar sus planteamientos a otras administraciones. También quieren contactar con las operadoras privadas que competirán con Renfe tras la liberalización del sector con el fin de que tengan en cuenta a Cuenca en sus planes.
Además, han iniciado ya conversaciones con organizaciones homólogas de otros territorios, como la Federación de Asociación de Usuarios de tren de Alta Velocidad de Castilla y León, en la que se enmarca la Asociación de usuarios de Avant Valladolid, entidad cuyo trabajo califican de determinante para que Renfe mejorase en primavera la condiciones de uso de los abonos, ampliando el margen para formalizar los viajes.
Acciones todas ellas para exprimir en beneficios sociales y económicos la conexión de Alta Velocidad que en su tramo entre Madrid y Cuenca está declarada como de obligatorio servicio público. «Eso significa que aunque tuviera pérdidas, que no las tiene porque la línea con el Levante es rentable, el Estado las asumiría, por lo que Renfe no tiene excusas», remarca el portavoz.
Insiste en que el transporte ferroviario puede ser una herramienta fundamental contra la despoblación y que, con suficientes frecuencias bien organizadas a lo largo de la jornada y precios atractivos, serían muchos los conquenses que ahora viven en Madrid por motivos laborales y «pagan alquileres muy altos» que se plantearían regresar a su localidad natal. Admite que es complicado cuantificar cuántos serían porque hay muchas situaciones personales que se escapan de su radar, pero en un cálculo aproximado apunta a unas 150 personas como punto de partida.