Tasa turística en Cuenca, ¿sí o no?

Este gravamen se aplica en Cataluña e Islas Baleares, y se han unido últimamente ciudades como Santiago de Compostela y A Coruña.

El aumento el turismo masivo y los visitantes «descontrolados» está provocando que en cada vez más ciudades de España se imponga la llamada «tasa turística», ese gravamen que regula la presión de la gentrificación y con el que se recauda fondos para financiar los costes que generan.

Esta medida es más común en destinos europeos como Venecia (Italia), que cobra cinco euros a los turistas que visiten la ciudad y no pasen la noche en uno de sus hoteles; o Ámsterdam, que supera de media los 20 euros por persona y noche.

Sin embargo, en España ya se ha aplicado, hasta ahora, en dos comunidades: en Cataluña, que fue la primera donde empezó a cobrarse, concretamente en 2012, y la tasa puede llegar a 6,75 euros por noche según el tipo de alojamiento y la época del año. Y las Islas Baleares, cuya tarifa varía entre 1 y 4 euros por persona y noche, dependiendo de la temporada.

Las últimas en sumarse han sido las ciudades de Santiago de Compostela y A Coruña, en Galicia, que cobran hasta 2,5 euros por persona y noche. Cuenca es otro de los destinos turísticos de interior que recibe al año miles de visitas, aunque sin llegar al millón. Durante el 2024, la capital conquense recibió 184.087 viajeros y 342.108 pernoctaciones, cuyos visitantes llegan para ver especialmente la zona del Casco Antiguo.

¿Es necesario una tasa turística municipal en la ciudad de Cuenca? Grupos políticos, ciudadanos y profesionales del sector responden a esta pregunta. Fuentes del Ayuntamiento de la capital solo confirman que no tienen sobre la mesa este asunto.

«Tasa mínima finalista»

Desde la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo no tienen una postura unánime ni se han pronunciado sobre la posibilidad de implantar esta medida en la ciudad. Preguntado a su presidente, Jesús Reyes, en su opinión sería partidario, ya que «puedes sacar un dinero destinado a algo concreto para invertir en mejoras para el barrio». A su juicio, ese gravamen no sería alto, «pues no creo que por un euro deje la gente de venir a Cuenca a dormir».

Como vecino afirma que esa tasa debería ser «finalista», es decir, financiar medidas en materia de movilidad y mobiliario urbano, entre otros. Destaca que hasta el momento no existe un turismo «descontrolado» en la capital, «pero sí ha aumentado mucho». «El casco está más bonito pero más turistizado, con tiendas para los visitantes, precios más caros, casas que se arreglan para ellos», dice Reyes, que admite que «no estamos en la situación de otros sitios como Cádiz o Barcelona».

Jesús Reyes incide en que la particularidad del casco conquense es que es «muy pequeño» con respeto a otros. Asimismo, espera que «se haga de verdad» la paralización de nuevas licencias para pisos turísticos en la parte alta de Cuenca tras el acuerdo llegado para los presupuestos municipales de 2025. «Es algo novedoso, porque nunca el Ayuntamiento ha mostrado intención de abordar este problema», resalta el vecino.

«La necesidad no es inminente»

El concejal del Grupo Municipal Popular Álvaro Barambio destaca a este periódico que no es un asunto que lo hayan estudiado detenidamente «y eso es indicativo de que la necesidad no es inminente». Señala que su partido parte de dos principios: la simplificación burocrática y fiscal a la actividad turística; aunque «quien hace un uso de la ciudad como elemento turístico, también tiene que pagar de alguna manera por ello».

Barambio manifiesta que «habría que valorar si verdaderamente es el momento», aunque admite que hoy en día la ciudad no sufre de un incremento masivo de turistas. Asimismo, subraya que analizar cómo se gestiona el dinero que se recaudaría con ese gravamen. «En el caso de que se instalara, entendemos que debería ir directamente ligada a la reinversión del sector», asegura el edil, y no «para que ninguna administración, en este caso la local, se lucre o recaude más con ese interés».

El popular señala que su grupo es partidario de ofrecer facilidades a los turistas pero «faltan infraestructuras». Pone el ejemplo de la moción presentada en el último pleno ordinario para retomar un nuevo aparcamiento de autocaravanas. «No hay que intensificar el control, la vigilancia y la sanción a este tipo de turismo, sino crear infraestructuras acordes para que tenga un lugar concreto establecido, que paguen por él, y eso no genere ningún problema de convivencia», concluye Barambio.

«Regulación autonómica»

Desde Cuenca en Marcha-Unidas por Cuenca consideran que la implantación de una tasa o impuesto turístico puede ser una herramienta «útil y justa si se gestiona adecuadamente». Destacan que el turismo, aunque genera riqueza, también implica un uso intensivo de infraestructuras, servicios públicos y espacios comunes, cuyo mantenimiento recae sobre las arcas municipales y, por tanto, «sobre la ciudadanía que los paga con sus impuestos».

La formación cree que quienes visitan la ciudad deben contribuir, «de forma razonable, al sostenimiento de esos recursos que también disfrutan». Sin embargo, opinan que esta medida debe aplicarse de forma coordinada a nivel estatal «o, al menos, autonómico,» para evitar situaciones de competencia desleal entre municipios. «No sería justo que unas ciudades asumieran el coste de los impactos del turismo mientras otras, al no aplicar esta tasa, se beneficien de una ventaja comparativa injustificada», destacan.

En ese sentido, ponen como ejemplo positivo el caso de Galicia, que «ha apostado por una regulación autonómica de la tasa turística, lo que permite garantizar que todas las localidades que decidan aplicarla lo hagan en condiciones de igualdad». Un enfoque como este, dicen, no solo asegura una distribución más equitativa de las cargas, sino que también fortalece la sostenibilidad del sector turístico a largo plazo.

«Podría ser más perjudicial que beneficioso»

Desde el grupo municipal Vox van «de la mano» con la opinión de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo. Según uno de sus concejales, Rafael Rodríguez, señala que esta tasa supondría unos ingresos extras para el Ayuntamiento, «aunque a largo plazo no tienes claro si realmente se va a producir una reducción del turismo».

El edil afirma que a pesar de que durante los fines de semana la ciudad de Cuenca sí recibe multitud de visitantes, «no es comparable a la de otras donde pueda haber una masificación». Asimismo, asegura que la imposición de un gravamen «podría suponer más un perjuicio que un beneficio», ya que «lo que recaudes impositivamente se pierde por otro lado, en este caso en hostelería, negocios…».

Rodríguez sostiene que el turismo que recibe actualmente la capital conquense «no es perjudicial», al contrario, «da bastante vida al Casco Antiguo». Incluso, dice el edil, son partidarios de potenciarlo «aun más» y fomentarlo durante los días de entre semana con, por ejemplo, turismo de congresos.

«Ajustar los impuestos a la baja»

Preguntado por el asunto a la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo, su presidente, José Manuel Abascal, destaca que lo que procedería sería «ajustar los impuestos a la baja» para poder realizar obras de mejora y expansión. Señala que Cuenca no es una ciudad potencialmente turística «ni en ocupación ni en precio», además de insistir en que esta tasa son «impuestos revolucionarios que se van inventando». «Ya estamos bien cociditos de impuestos como para seguir pagando», resalta Abascal.

Ese ajuste, dice el presidente de los hosteleros, tiene que venir previamente en los presupuestos municipales «para saber donde no se gasta donde sí e igualar gastos a ingresos, y no aplicar gravámenes que muchas veces no sabemos a dónde van».

Asimismo, Abascal señala que las empresas «no son oficinas de recaudación ni gestoras» para recabar una tasa.