Las restricciones sanitarias recluyen en la Catedral el traslado del pendón de Alfonso VIII

Nerea Sancho ha adquirido el compromiso de devolver el pendón de Alfonso VIII este martes

El Cabildo de la Catedral de Cuenca, en manos del capellán mayor, Miguel Ángel Albares, ha entregado el símbolo de la Conquista a la concejal más joven del Ayuntamiento. Nerea Sancho ha cumplido con la tradición en las vísperas de San Mateo, recogiendo en nombre del pueblo conquense el pendón de Alfonso VIII. La tradición se ha recuperado tras el paréntesis de 2020 pero no se ha podido cumplir de forma íntegra, al estar vigente la normativa en materia sanitaria a consecuencia de la pandemia, y en lugar de trasladar el pendón hasta el Ayuntamiento para su custodia, se ha realizado un breve itinerario por el interior de la Catedral, hasta la capilla de San Mateo, donde pasará la noche.

Tras la procesión por el interior de la Catedral y depositar el pendón en la capilla de San Mateo, la corporación local se ha dirigido hasta la entrada de la seo conquense, momento en el que el primer edil conquense ha aclamado un vítor a San Mateo, que han seguido los presentes.

Al recibir el pendón, Sancho ha adquirido el compromiso de devolver el símbolo de la Conquista de la capital en 1177 al Cabildo de la Catedral de Cuenca. El acto de devolución será este martes, día de San Mateo.

Como es habitual la entrega del pendón ha contado con la asistencia de numerosos representantes de las instituciones conquenses, entre los que se encontraban el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, junto con la corporación local, el presidente de la Diputación Provincial, Álvaro Martínez Chana y el subdelegado del Gobierno, Juan Rodríguez Cantos, por citar algunos ejemplos. El acto ha contado también con la representación del grupo CONCA, el presidente de la Asociación de Peñas Mateas, Javier Benayas, el cronista oficial de la ciudad de Cuenca, Miguel Romero, maromeros y una gran cantidad de peñistas mateos y fieles conquenses.

El acompañamiento musical ha corrido a cargo de la Capilla de Música de la Catedral de Cuenca dirigida por José Antonio Fernández y por la Banda de Música de Cuenca, bajo la dirección de Juan Carlos Aguilar.