Solamente cuatro de las 50 capitales de provincia españolas (52 si se tienen en cuenta también Ceuta y Melilla) perdieron habitantes entre el 1 de enero de 2022 y el de 2023, según los datos definitivos del censo anual de población difundidos recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Cuenca, Cádiz, Pontevedra y Zamora fueron la excepción a la norma en un ejercicio en el que la mayoría de las cabeceras consiguieron frenar el éxodo hacia sus áreas metropolitanas y crecer demográficamente, al igual que lo hizo el conjunto de España, que aumentó en 598.634 sus residentes hasta alcanzar la cifra total de 48.085.361.
La capital conquense pasó de 53.758 a 53.630 censados, lo que significa un retroceso del 0,24% en términos relativos y de 128 en absolutos. La pérdida de la urbe gaditana, por su parte, se cifró en un 1,06% y 1.208 respectivamente.
En Pontevedra la merma fue más contenida: 99 habitantes menos, es decir, un 0,11%. En Zamora supuso la baja de 218 residentes (-0,36%).
En el conjunto de capitales de provincias y grandes ciudades españolas (de más de 50.000 habitantes) la subida agregada fue de 365.980 habitantes o, lo que es lo mismo, un 1,46%.
Entre las seis capitales de menos población de todo el país, Cuenca es la única que pierde entidad demográfica. Teruel sube de 35.710 a 36.155 habitantes; Soria de 39.321 a 40.033 y Segovia de 50.670 a 50.970. Además, con esta última actualización, Huesca supera a la urbe conquense (sube de 53.214 a 53.938) y se aleja la posibilidad de dar el ‘sorpasso’ a Ávila, que aumenta su ventaja al llegar a 58.548 almas tras sumar 320 en un año.
