La ola de calor registrada la pasada semana ha dejado la temperatura máxima alcanzada en la capital conquense desde que existen registros: 41,5º el viernes, 13 de agosto, alrededor de las 15:00 horas.
Víctor Turégano, responsable del Observatorio Meteorológico de Cuenca, ha precisado que la temperatura máxima durante estos días «fue el viernes con 41,5º y es la máxima histórica porque la anterior eran 39,7º del año 2012. Se ha superado prácticamente por dos grados. Y hay datos desde 1901. No sólo eso sino que los dos días siguientes también se superó la máxima que existía: el sábado fueron 41,1º y el domingo 40,6º. Los tres días estuvieron por encima de 40 grados. Hay que tener en cuenta que el Observatorio está en su ubicación actual de Camino Cañete desde los años 50 y, al haber cambiado de ubicación, quizás no se puede asegurar de forma rigurosa pero al menos desde que está aquí el Observatorio, no hay duda que es la máxima».
Estas mismas fuentes han indicado que la medición se ha realizado con todas las garantías y en las condiciones necesarias para registrar de forma científica estos valores. «La temperatura siempre se mide a la sombra en los Observatorios. Para que las condiciones sean homogéneas y que en todos los lugares donde se miden sean las mismas se miden siempre a la sombra, a 1,2 metros del suelo, en una garita ventilada pintada de blanco… se hace siempre en unas condiciones iguales», señala Turégano.
El responsable del Observatorio Meteorológico de la capital conquense asegura que estos datos confirman la tendencia hacia un cambio climático derivado de un calentamiento global. «Parece evidente que las temperaturas van subiendo progresivamente. Ahora es raro el año en el que no se supere alguna máxima de algún tipo: bien la media anual, la máxima,… todos los años hay eventos de este tipo. Prácticamente todos los años están por encima de la media. Y una cosa curiosa que me llama la atención es que nos vamos acostumbrando a la subida de las temperaturas. El pasado mes de junio parecía que existía la percepción de que fue más fresco de lo normal y no fue así. Incluso estuvo por encima de la media histórica. Parece que ya nos hemos acostumbrado a que haga más calor y cuando hay un mes, incluso más cálido de lo normal, nos parece fresco».
