Cuántos, dónde y cómo: accidentes de tráfico en la ciudad de Cuenca

La Policía Local lleva tramitados más de 134 atestados, el eje Fermín Caballero-Hermanos Becerril-Juan Carlos I es el más afectado y la combinación de velocidad con distracciones la principal causa

Ya se sea peatón o conductor o, como sucede con gran parte de la ciudadanía, se intercambien o compatibilicen ambas condiciones, el tráfico y sus consecuencias son una de las preocupaciones cotidianas más habituales de los habitantes de cualquier localidad de tamaño mediano o grande. Los atascos o la ausencia de ellos, el aparcamiento, las velocidades y los cambios de itinerarios concentran muchas conversaciones diarias y copan reincidentemente los titulares de la prensa local. Titulares que suelen ocupar un lugar preeminente en portadas y escaletas cuando la noticia refiere algún accidente.

La ciudad de Cuenca no es tan única, al menos en esta cuestión, y también participa de ese interés, aunque muchos de esos sucesos escapan del conocimiento del gran público y del radar de los medios. La información llega en pequeñas dosis y fragmentariamente, a veces por casualidad, lo que impide conformar una visión de conjunto. Voces de Cuenca se ha propuesto reunir y recomponer las piezas del puzle con la ayuda de los datos y el análisis proporcionados por José Vidal Tejeda, jefe de la Policía Local de la capital conquense. A partir de la experiencia directa y de las estadísticas recopiladas por los miembros del Cuerpo, se aborda el fenómeno de la accidentalidad en el casco urbano: magnitud, causas, evolución y consecuencias, a veces dramáticas.

¿Cuántos?

Coche accidentado, custodiado en las instalaciones de la Policía Local.

A falta de cerrar el ejercicio, con datos actualizados a 13 de diciembre, la Policía Local de Cuenca ha realizado 134 atestados por accidente de tráfico a lo largo de 2021. El conjunto de intervenciones por cualquier de esta temática se eleva no obstante a 245. La disparidad de cifras se explica porque únicamente se instruyen atestados en determinados supuestos: existencia de heridos, daños superiores a la cobertura del seguro obligatorio, infracción penal o presunción de ella, a instancia de parte, etc…

En otras situaciones – las 111 restantes hasta alcanzar 245- lo que han hecho los agentes es una labor de mediación con el conocido como “parte amistoso” (el Parte Europeo de Accidentes) o elaborado “informes a prevención”, habituales ante pequeños daños materiales o a la propiedad municipal.

El número de heridos alcanza los 44: cinco graves y 39 leves. Además, se registraron dos fallecidos: un motorista que se cayó bajando por la calle Alfonso VIII y la ocupante de un vehículo que chocó contra un árbol en la carretera de Alcázar.  “Es un número inusual de víctimas mortales”, aclara Tejeda, ya que la media es de una cada dos años y medio aproximadamente.

El 2020 fue un año atípico por los meses de confinamiento y cierre perimetral, pero, a pesar de la reducción de la circulación, hubo un aumento en el número de accidentes con lesividad. Para establecer una comparación más homogénea, el jefe de la Policía Local ha recuperado los datos del “último año normal, entre comillas”, 2019, y se ha llevado “la sorpresa” de que ese crecimiento se sigue manteniendo.

Así, la cantidad de accidentes atendidos en general se ha triplicado, “aunque eso por sí mismo no es un dato significativo, porque a lo mejor lo que dice es que hemos trabajado más, aumentando las intervenciones”. El quid de la cuestión es que los fallecimientos se han duplicado, “aunque hablemos de números pequeños” y casi ha sucedido lo mismo con los heridos graves. De 3 a 5. Por tres se han multiplicado los heridos leves, de 13 a 39. Y eso que falta el periodo navideño por computar.

Tejeda apunta que son varias las teorías que intentan explicar esas variaciones, como la inactividad producida por confinamientos y cierres perimetrales, pero recela de que esa sea la única razón ya que desde primavera el uso de la vía se ha normalizado.

¿Dónde?

Colisión frontolateral en Hermanos Becerril.

El jefe de la Policía Local aclara que en Cuenca no existe ningún punto negro como tal; no hay ningún tramo urbano de concentración de accidentes según los criterios de la Dirección General de Tráfico. El eje que más acumula más sucesos con víctimas es el conformado por Fermín Caballero, Hermanos Becerril y Juan Carlos I, que suma en su conjunto seis accidentes con siete heridos leves y uno grave. “Eso nos indica que la velocidad es un factor determinante”, subraya Tejeda.

El resto de episodios se distribuyen por una amplia lista de vías, sin que ninguna destaque en cantidad. “No hay un trazado especialmente peligroso”, señala el responsable policial. Entre uno y dos sucesos con víctimas ha habido en la Plaza Mayor, Paseo del Júcar, Paseo del Ferrocarril, Avenida del Mediterráneo, Paseo de San Antonio, Reyes Católicos, Hermandad de Donantes de Sangre y Fray Luis de León (calle del Agua), entre otras localizaciones.

Tejeda refuta la percepción popular de que la Ronda Oeste-Avenida de San Julián es una zona especialmente conflictiva. “En contra de lo que pueda parecer, en este tipo de vías no hay mucha lesividad porque, aunque haya salidas y accidentes más aparatosos, no suelen darse colisiones con otros vehículos. En ese área tenemos dos accidentes con afectados leves este año”.

¿Cuándo?

Julio fue un mes negro para el tráfico conquense, con una muerte y seis heridos. En enero, marzo, junio y agosto se saldaron respectivamente con cinco víctimas, todas de carácter leve. “Coincide con las grandes fiestas y puentes. Navidades, Semana Santa y los meses de las vacaciones de verano”, resalta el jefe de la Policía Local. Son épocas en las que hay más población flotante en Cuenca y más vehículos en la vía pública. “La accidentalidad es proporcional a la ocupación”, resume.

En lo que respecta a los días de la semana, “no hay una diferencia clara”, pero la tabla la encabezan viernes, sábados por la noche y domingos de madrugada. En esas jornadas, según detalla el mando de seguridad, “la gente coge el coche por ocio, no por trabajo, y suele haber infracciones asociadas como alcohol, drogas y relajación de la atención en la conducción”.

¿Cómo?

La mayoría de los accidentes urbanos se producen por “velocidades inadecuadas”, un término que Tejeda prefiere al de “exceso de velocidad”. No es un capricho léxico, sino criterio profesional. “Si tú coges una rotonda de la Ronda Oeste un día con humedad y a un grado bajo cero a 40 km/h, te las vas a pegar, aunque teóricamente vayas como debes. A lo mejor ese día tienes que circular a 30”, ilustra.

Confluye muchas veces ese estrés del velocímetro con “no respetar algunas de las normas, las prioridades de paso esencialmente”. Suelen traducirse en colisiones entre vehículos que terminan casi irremediablemente mínimo con latigazos de espalda y cuello que obligan a visitar el Hospital.

¿Por qué?

José Vidal Tejeda, jefe de la Policía Local en su despacho.

Para el jefe policial “una combinación letal” que dispara la posibilidad de accidentarse es la de velocidad inadecuada, especialmente en vías rápidas, y distracciones al volante. La pérdida de atención se debe casi siempre al uso del teléfono móvil: a su manipulación o incluso a ir hablando con el manos libres. “Nuestro cerebro se concentra en la conversación y perdemos esa capacidad de visión periférica y de alerta ante cualquier incidente. Los tiempos de reacción se alargan”, advierte.

También hay “motivos clásicos” como conducir bajo los efectos del alcohol o de otras drogas. Recuerdan desde la Policía Local ya cuenta con instrumentos propios, kits de detección, que le permiten realizar controles de estupefacientes. “Hay que saber que, si te pasas, tienes muchas probabilidades de que te pillemos, sobre todo en Cuenca”, avisan y recomiendan alternativas como el taxi para moverse tras cenas y fiestas para evitar disgustos propios y ajenos.

El alcohol y otras sustancias suele ligarse también a una mayor gravedad, aunque el efecto se nota más en vías interurbanas. También es determinante el uso del cinturón de seguridad. Tejada remarca que llevarlo puesto o no puede significar la diferencia entre un golpe que se resuelve con un parte a otro que necesita de atención médica.

¿Quiénes?

No está sistematizada la estadística, pero la experiencia de los policías locales en Cuenca enseña que en los accidentes con heridos de consideración suelen estar implicados conductores no noveles -que sí protagonizan los sucesos más aparatosos- y con edades comprendidas entre los 30 y los 45 años. Es también el perfil que más usa el vehículo para el ocio nocturno. Otro grupo relevante es el de profesionales que sufren percances mientras están trabajando, como los conductores de furgonetas y vehículos similares.

Tejeda recuerda asimismo que los peatones son los más vulnerables (de septiembre de 2020 al de 2021 hubo 16 atropellos, aunque desde 2016 no se ha producido ninguno mortal) seguidos de ciclistas, motoristas y conductores.