Concentración en la prisión de Cuenca por el asesinato de una trabajadora del centro penitenciario de Tarragona

El centro conquense se ha sumado a un iniciativa nacional que en Castilla-La Mancha se ha desarrollado en Ocaña I, Ocaña II, Albacete, Cuenca, Herrera de la Mancha y Alcázar de San Juan

Los trabajadores penitenciarios de los seis centros penitenciarios de Castilla-La Mancha (Ocaña I, Ocaña II, Albacete, Cuenca, Herrera de la Mancha y Alcázar de San Juan) se han concentrado durate la mañana de este viernes en repulsa del asesinato de la trabajadora del centro penitenciario Más d´Enric de Tarragona. Esta concentración ha tenido lugar en todas las prisiones españolas.

Según los sindicatos convocantes CSIF, CCOO, Acaip UGT y CIG, «el pasado miércoles, Nuria acudió a su puesto de su trabajo, pero no pudo volver a casa, un interno sesgó su vida y tiñó de negro a todos los empleados públicos penitenciarios, tanto de Cataluña como del resto del estado. Consternación, rabia y dolor, son los sentimientos de todos los compañeros de Nuria. La pregunta que nos hacemos los trabajadores penitenciarios es ¿Dónde será el siguiente? La política penitenciaria actual centrada en maquillar estadísticas, no tiene en cuenta uno de los principios básicos de nuestra legislación penitenciaria, que es adaptar el tratamiento al perfil concreto de cada interno, es decir, la individualización del tratamiento. No se pueden aplicar políticas generalistas a perfiles tan distintos».

Estas mismas fuentes destacan que «es inconcebible que, en 2024, los trabajadores penitenciarios aun no sean considerados agentes de autoridad a la hora de realizar sus funciones, una reivindicación histórica del colectivo que debe ser asumida como prioridad para la clase política, no se puede quedar en palabras vacías que no se concreten en las modificaciones legislativas precisas para dotar de esta condición a los empleados públicos que trabajan en las prisiones españolas».

Asimismo, señalan que «la situación es insostenible debido a una gran falta de personal, con una Relación de Puestos de Trabajo anticuada y que no cumple con los mínimos lógicos en cualquier centro penitenciario actual. Raro es el día en que no se debe llamar a compañeros en su jornada de libranza para cubrir determinados puestos y aun así se trabaja bajo mínimos, lo que conlleva falta de seguridad y aumento de la peligrosidad en los centros de trabajo. Además, las infraestructuras no son aptas para recibir internos que no se adaptan a la vida en prisión, pero aun así siguen llegando internos peligrosos que han causado más de un altercado, agresiones, destrozos en las celdas, faltas de respeto constantes…».