La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Cuenca ha adjudicado las obras de demolición del quiosco ubicado en la confluencia de las calles Aguirre y San Francisco a la empresa Recman Excavaciones, de Almonacid del Marquesado, por un presupuesto de 4.800 euros (sin IVA) y 5.808 euros (con IVA). Ha sido la mejor de las dos ofertas presentadas para este proyecto que anunció el Consistorio conquense a finales del 2023.
La adjudicación, que se ha realizado a través de contrato menor, estima un plazo máximo de las obras de dos semanas contadas a partir de la fecha del acta de comprobación del replanteo, según el acta de resolución publicada en la Plataforma de Contratación del Sector Público.
Este establecimiento emblemático de la ciudad de Cuenca suministraba prensa en papel, revistas y chucherías. El Ayuntamiento de la ciudad dio el visto bueno a su demolición el pasado mes de noviembre argumentando que las instalaciones presentan «deficiencias importantes en los revestimientos, cubierta y paramentos, por lo que se estima que el proceso se haga elemento a elemento».
Asimismo, el concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Asesoría Jurídica, Patrimonio y Asuntos Generales, Héctor Serrano, anunció su retirada el pasado 1 de diciembre de 2013 tras un ruego presentado por el Partido Popular, quienes criticaron que el quiosco se había convertido en un foco de suciedad «provocando un problema de salubridad en la zona y existiendo un olor a orines insoportable».
En el pleno ordinario de diciembre de 2024, la portavoz de Cuenca en Marcha, María Ángeles García, lanzó una última propuesta de utilidad para el quiosco abandonado para convertirlo en una oficina de turismo. El concejal de Movilidad, Martínez Vicente, contestó que este espacio, al que se le han buscado diferentes utilidades, tanto de particulares que pretenden iniciar una actividad económica concreta como la propuesta actual, tiene un problema, «no hay infraestructura eléctrica ni conexión de agua, lo que ha echado atrás todos los proyectos». Además, el socialista confirmó que se ha convertido en un «punto de conflicto vecinal», por lo que se aprobó el proyecto de demolición.