La portavoz de la Junta: «Pueden parecer vaivenes, pero es acomodar las medidas a la realidad epidemiológica»

Señala que con la evolución hospitalaria ha sido menos mala de la prevista y que, con la vacunación, se observa que a igual cantidad de contagios hay menos ingresos y muertes

La portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, ha admitido que los últimos cambios de criterio con las restricciones especiales contra el coronavirus «pueden parecer vaivenes», pero ha rechazado que lo sean y ha defendido que se trata de «acomodar las medidas a la realidad epidemiológica». Así se ha pronunciado este miércoles en rueda de prensa al ser preguntada por las razones que han llevado por ejemplo a que la ciudad de Toledo pasara el domingo por la tarde a Nivel 3 con cierre del interior de la hostelería y hoy ya esté en un Nivel 2 más laxo.

Fernández ha alegado que antes la incidencia acumulada de contagios era la principal referencia y, aunque ahora se sigue teniendo en cuenta, con el avance del progreso de vacunación se mira especialmente la evolución de hospitalizaciones en cama convencional, ocupación de UCI y muertes. Al haber un porcentaje significativo de la población vulnerable ya inmunizada, se ha observado que a igual número de infecciones hay menos ingresos y fallecimientos.

«Hemos visto que la evolución hospitalaria no ha sido negativa como podíamos prever, al igual que la mortalidad, y que la incidencia acumulada nada tiene que ver con la de la primera ola. Por eso el domingo se reunieron el consejero de Sanidad y el presidente regional y se decidió relajar las medidas, siempre dentro de la prudencia y la responsabilidad», ha justificado la voz del Ejecutivo regional.

En su opinión, «quizás pecamos de prudentes en un primer momento con las medidas establecidas después de Semana Santa» pero ha atribuido ese celo a su afán por que no se repitiera la situación posterior a Navidad, las muertes y presión asistencial del punto más álgido de la tercera ola.