«Sería un logro que Restauración de Bienes Culturales estuviera en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca»

Entrevista con Mónica Monreal, conservadora-restauradora de bienes culturales y profesora de la Universidad Politécnica de Valencia, departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, especialidad de Dorados y Policromías.

Mónica Monreal, en el Museo de la Universidad de Alicante.

El Día Internacional de Restaurador-Conservador de obras de arte y bienes culturales se celebra cada 27 de enero desde el año 2011. Mónica Monreal ofrece su opinión sobre esta profesión, desde su vasta formación y larga experiencia en recuperación de numerosas obras artísticas, como refleja su extenso currículum. Esta conquense, de Villares del Saz, desarrolla su trabajo de conservadora-restauradora en su taller de Cuenca capital y es profesora de la Universidad Politécnica de Valencia, departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, especialidad de Dorados y Policromías.

¿Qué te llevó a estudiar la especialidad de restauración?

A mí siempre me gustó Bellas Artes y empecé pintura, pero me di cuenta de que faltaban conocimientos técnicos, notaba un vacío, no era lo que yo esperaba, te ponías a pintar y no había más. Me matriculé en Introducción a la Restauración, compaginándola con Escultura, y me encantó porque estudiamos química, física, historia del arte, materiales, instrumental, etc. materias y técnicas de otros campos que adaptamos a la restauración; es una especialidad que está avanzando continuamente.

También he sentido siempre curiosidad sobre qué llevó a los artistas a hacer sus obras que les han sobrevivido, porque las personas mueren pero queda su legado en cuadros, esculturas, etc., aunque estén hechas polvo ahí siguen.

 Laboratorio de la Soprintendenza de Bienes Culturales de la ciudad de Undine (Italia)

¿Cómo crees que está la profesión actualmente?

Fatal. No hay prácticamente trabajo, con la pandemia no se trata de un trabajo de primer necesidad, vamos a meternos en dos años sin procesiones ni actos religiosos, así que el patrimonio religioso no se restaura ni el público ni el patrimonio privado. Salen cosas con cuentagotas.

Por otra parte, la burocracia y la legislación a las pequeñas empresas las está ahogando. Las administraciones cuando sacan algo para ser restaurado lo hacen con tantas trabas que sólo pueden optar las grandes empresas; los requisitos son tantos que es imposible, piden de todo, adelanto de dinero, trabajadores, fechas… no se mira la calidad y las prisas son incompatibles con un buen trabajo.

Los encargos que te hacen ¿de dónde proceden mayoritariamente?

Tanto de la provincia de Cuenca como de Valencia, de esta última zona porque yo estudié Bellas Artes en la Universidad y la especialidad también la hice allí, que debo decir que es de las mejores de España en este campo de la restauración, con un alto nivel de formación y de inversión, cuyo número de alumnos ha crecido exponencialmente y que ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su labor.

¿Cómo es el proceso de restauración de una pieza, a grandes rasgos?

Lo primero es hacer un estudio análitico, de composición, observativo, utilizando rayos X, etc. para ver el estado en el que se encuentra; a continuación se hace un diagnóstico con pruebas y catas de limpieza; seguidamente se procede a la consolidación, reintegración volumétrica y cromática. Todo esto siempre atendiendo a la normativa y legislación vigente.

Uno últimos pasos sería aplicar un barniz de protección, luego hay que hacer un informe sobre cuáles serían las mejores condiciones de conservación con la temperatura y humedad ideales, evitar que le dé el sol, cómo se debe manipular, limpiar que suele ser mejor con un paño sin utilizar ningún producto.

Cuando se ha terminado el trabajo se hace una memoria de todo el proceso.

¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

Estoy restaurando pintura de un discípulo directo de Sorolla, Casimiro Gracia, de propiedad privada de Valencia. Ambos pintores se carteaban, esta correspondencia se guarda en el Museo del Prado . Además estoy dando clase en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia en la que entre otras cosas, se organizan en las clases restauraciones de obra real.

¿Cuál es el nivel de conservación del patrimonio conquense?

Falta mucho por hacer, en muchos pueblos de la provincia hay verdaderas joyas, que son estupendas y que no se están restaurando; hay mucho patrimonio.

En cuanto a la Catedral, se está haciendo muy bien, hasta hace 15-20 años no se había hecho casi nada, ahora parece como se suele decir «una tacita de plata».

¿Crees que los conquenses en general aprecian el patrimonio artístico de esta tierra y están interesados en su conservación?

Creo que sí, cada vez más estamos siendo conscientes de lo que tenemos y que hay que cuidarlo; no sé si será porque hay más educación en ese sentido o porque los medios de comunicación se están haciendo eco de las barbaridades que se cometen cuando se deja hacer este trabajo a personas que no son profesionales. Es preferible que no se toque una obra de 400 años a que la toque alguien que no sabe como restaurarla, si ha aguantado 400 años, puede esperar a que la arregle un profesional.

Por otra parte, no acabo de entender que siendo la Facultad de Bellas Artes de Cuenca la única de toda la Universidad de Castilla-La Mancha no imparta nada sobre restauración, solamente hay un centro de restauración y conservación en Toledo (adscrito a la Consejería de Educación, Cultura y Deportes) teniendo en cuenta la riqueza patrimonial de la provincia y de la región. Parece que todo lo que sea tradición es incompatible con esta facultad, cuando la obra contemporánea también tiene necesidad de ser restaurada. Creo que si se ofreciera algo de restauración, aunque fuera sólo una asignatura como la de Introducción a la Restauración, se atraería a muchos alumnos.