Con tres toques de campana, simbolizando la hora de la muerte de Cristo, comienza la marcha Mater dolorosa (Suub tuum praesidium) que José Ángel de Lerma ha dedicado a la Virgen de las Angustias de Cuenca. La conmemoración del centenario de la fundación canónica de real, ilustre y venerable hermandad deja para la historia una marcha que representa a la perfección los dolores de María con en el momento de recibir en brazos a su hijo muerto. Una pieza con un profundo conocimiento de la hermandad y el paso con el que desfilan los banceros solo podía nacer de la devoción nazarena y el amor elevado en toque de banzo. Lerma además de ser hermano de cuna de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, porta desde hace años a la imagen titular de esta hermandad.
La composición, con una estructura formal clásica con tres partes, inicia con esa metáfora musical que señala la muerte del Señor para dar lugar a una introducción en clave fúnebre. La melodía continúa con un paso a los bajos y el fuerte, que trata de evocar ese sentimiento desgarrador que expresa el rostro de la Madre de las Angustias. En tercer y último lugar se cambia a tonalidad mayor para transmitir la resignación de la Madre ante los designios de Dios con tranquilidad y amargura. Las referencias conquenses presentes en la marcha evocan momentos especiales que Lerma ha vivido bajo. Dichas referencias son especialmente visibles en la parte final de la composición, cuando suena el inicio del Stabat Mater que el Coro del Conservatorio entona a las tallas de la Virgen en las escaleras de San Felipe Neri.
Mater Dolorosa es la culminación de un sueño que comenzó a fraguarse hace 20 años. El compositor afirma que, aunque esta marcha es su ópera prima «llevo más de 20 años haciendo alguna composición que nunca ha llegado a ver la luz». A pesar de tener multitud de trabajos iniciados que, llegado el momento podrían convertirse en nuevas marchas, José Ángel de Lerma señala que a la hora de componer esta pieza empezó desde cero porque «tenía que ser algo especial, algo que estuviera específicamente pensado para este momento».
Solo quien siente el peso del banzo en el hombro puede crear una melodía que suene y evoque una imagen concreta. Gracias a los años que Lerma ha marcado el paso a la Virgen de las Angustias a golpe de horquilla, su composición encaja perfectamente en el modo en el que la Madre desfila. El compositor apunta que «cuando vas oyendo las marchas en el banzo se sienten de una manera muy especial, para nosotros no solo como música, nos sirven de ayuda para llevar a la Virgen y nos dan fuerzas cuando flaqueamos por el cansancio». José Ángel de Lerma cree que las marchas «tienen que caminar», es decir «deben ser melodías que manteniendo cierta rítmica». En Mater Dolorosa el compositor respeta el paso lento que caracteriza a la Virgen de las Angustias y tiene muy en cuenta el estilo de desfile «sobrio, sin baile» sin perder de vista que «internamente nos ayude y nos impulse a seguir».
Tanto la banda de Las Mesas como la de Morata de Tajuña, que se ocuparán del solemne traslado el próximo sábado 12 de abril y del desfile procesional del Viernes Santo respectivamente, cuentan ya con la partitura para poder ensayarla, por lo que el compositor espera «que la podamos escuchar en procesión». En lo referente a los momentos en los que a Lerma le gustaría escuchar su marcha, señala que «en la parte final llegando a la Plaza Mayor o en Carretería, que creo que el desfile luce mucho» serían buenos puntos para que Mater Dolorosa ayude a los banceros a elevar al cielo a la Madre de las Angustias el próximo Viernes Santo.