Los tres pueblos de Cuenca incluidos en el Abono Transporte de Madrid

La Mancha Alta conquense cuenta con tres localidades que conectan con la capital de España de una manera especial

Hay tres pueblos conquenses donde ocurre algo curioso: sus vecinos utilizan el Abono Transporte de la Comunidad de Madrid. Situados a menos de un hora por carretera en coche, los autobuses interurbanos los dejan en la capital de España o en los pueblos de su periferia con la misma tarjeta que utilizaran en el Metro, Cercanías o los urbanos de Madrid, aunque el cartel a la entrada diga “Provincia de Cuenca”. Son Tarancón, Belinchón y Zarza de Tajo: tres localidades de La Mancha Alta que están en la llamada zona E2, la misma que incluye áreas de Guadalajara y Toledo.

Tarancón, ciudad intermedia

Tarancón no es exactamente un pueblo: es una pequeña ciudad, con título incluido, que hace de frontera amable entre Cuenca y Madrid. Con cerca de 17.000 habitantes, concentra vida comercial, industria ligera, colegios, instituto, centro de especialidades médicas y hasta auditorio. Desde aquí, decenas de trabajadores y estudiantes viajan cada día hacia la metropolis madrileña o el Sureste madrileño gracias al abono E2.

El precio medio de la vivienda ronda los 980 euros por metro cuadrado, aún por debajo de los municipios madrileños con tiempos de viaje similares. Tarancón ofrece pisos modernos, casas adosadas, chalets y un centro urbano en el que aún se puede vivir sin renunciar a caminar.

Belinchón, un respiro rural

A pocos kilómetros, Belinchón parece otro mundo. Apenas 400 vecinos, calles silenciosas y fachadas encaladas que resisten el paso del tiempo. El autobús que conecta con Madrid y Tarancón lo mantiene unido al mapa metropolitano, sin renunciar a su escala rural.

El pueblo conserva su iglesia barroca, una plaza sencilla y la costumbre del saludo diario. Tiene colegio, consultorio, instalaciones deportivas y algunos pequeños negocios familiares. En el terreno inmobiliario, abundan las casas tradicionales, amplias y asequibles: algunas cuestan menos que un garaje en la capital. Además, los ingresos procedentes de la energía solar se transforman en un amplio catálogo de ventajas, ayudas y descuentos para sus vecinos.

Zarza de Tajo, la frontera quieta

Zarza de Tajo es el extremo más pequeño y silencioso del triángulo. Unos 270 habitantes, una iglesia de piedra, campos de cereal y horizonte limpio. Aquí el abono transporte suena casi a metáfora. La oferta de vivienda es amplia para su tamaño: chalets modestos, casas de pueblo y parcelas donde la tranquilidad es la norma. Los precios rondan los 500 euros por metro cuadrado, una cifra impensable en la corona madrileña.