Cinco pueblos de Cuenca por los que merece la pena desviarse un poquito de la A-3

La autovía Madrid-Valencia, además de un lugar de paso, es una oportunidad para descubrir varias joyas patrimoniales conquenses

La autovía A-3 es uno de los principales ejes de comunicación de España, que comunica Madrid con Valencia. Atraviesa de Oeste a Este la provincia de Cuenca casi dividiéndola en dos áreas muy distintas. Es lugar de paso o, como mucho, de parada más o menos apresurada en áreas de servicio. Sin embargo, a escasos minutos de varias de sus salidas se encuentran algunos de los enclaves patrimoniales más interesantes del centro peninsular. Lugares que permiten transformar un desplazamiento rutinario en una breve incursión cultural, paisajística o gastronómica y por los que bien merece la pena desviarse.

Tarancón, un retablo majestuoso y buena gastronomía

El núcleo urbano más populoso en el tramo conquense de la A-3 es Tarancón, bien conocido por su oferta de servicios y gastronómica, que ya de por sí merecen una parada para probar torreznos, borrachos, el cochifrito o comprar unos zarajos. Pero también aguarda sorpresas patrimoniales como su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, con su esbelta torre conocida como ‘La Giralda Manchega’ y, sobre todo, su magnífico retablo mayor: obra de referencia del plateresco, joya del arte conquense del Renacimiento. Alrededor de la iglesia hay unas cuantas callejas y el barrio del Caño, repletas de encanto histórico y tradicional.

Uclés: monumentalidad y memoria de la Orden de Santiago

El Monasterio de Uclés, conocido como “el Escorial de la Mancha”, constituye una de las grandes joyas arquitectónicas de Castilla-La Mancha. Su silueta domina la localidad y es visible desde kilómetros a la redonda. El conjunto, que fue sede principal de la Orden de Santiago, ofrece un recorrido de gran valor histórico y artístico: claustro, iglesia, escaleras monumentales y dependencias adaptadas a actividades culturales. Por su cercanía a la autovía y su potencia visual, es una de las paradas más recomendables para un desvío breve.

Saelices: Segóbriga como referencia romana

El municipio de Saelices es la puerta de entrada al Parque Arqueológico de Segóbriga, uno de los conjuntos romanos mejor conservados de la Meseta. Su proximidad a la autovía lo convierte en una opción ideal para una pausa de carácter cultural. El teatro, el anfiteatro, el criptopórtico del foro y el trazado urbano, a los que se unirán próximamente nuevos hallazgos, permiten comprender la importancia estratégica de esta ciudad en la Hispania romana, que prosperó gracias a la explotación de las cercanas minas de lapis specularis. El recorrido es cómodo, apto para familias y ofrece un valor pedagógico considerable incluso en visitas breves.

El Castillo de Garcimuñoz, literatura, patrimonio y contemporaneidad

El Castillo de Garcimuñoz combina la memoria medieval con un notable proyecto de rehabilitación contemporánea. El recinto está vinculado a la figura de Jorge Manrique, que falleció en sus inmediaciones durante la guerra de sucesión castellana. La intervención arquitectónica realizada en los últimos años ha dotado al castillo de un espacio cultural polivalente y de gran interés estético, controvertido pero desde luego original. Las vistas abiertas a la llanura manchega añaden un atractivo adicional para quienes buscan un desvío tranquilo y fotogénico.

Alarcón: patrimonio medieval en un enclave natural singular

No está tan próxima como otras del listado, pero igualmente muy cercana. Localidad de Alarcón está reconocida como Conjunto Histórico-Artístico y destaca por la excelente conservación de su trazado medieval. Su castillo —hoy Parador Nacional— y las murallas que lo rodean conforman una estampa inconfundible. El emplazamiento sobre las hoces del Júcar aporta un componente paisajístico que multiplica su atractivo. La visita puede limitarse a un paseo por la plaza y los miradores, o ampliarse a rutas senderistas de notable calidad ambiental. Es uno de los pueblos más bonitos de España según acreditan varios listados.

Estos cinco destinos demuestran que la A-3 no solo es una vía de tránsito, sino una puerta hacia algunos de los paisajes, monumentos y relatos históricos más representativos de la provincia de Cuenca. Para el viajero atento, cada salida puede convertirse en la oportunidad de conocer un patrimonio cercano, accesible y sorprendentemente rico.