Vecinos de Mira cooperan para hacer frente a la pandemia de COVID-19

La Guardia Civil ha establecido controles en las carreteras y también un helicóptero de la Benemérita ha estado patrullado desde el aire

Tony Ritter

Mira es una de las poblaciones de la Serranía Baja, de 800 habitantes, cuyo nombre saltó a la palestra hace muchos años por el mal conocido como ‘El Crimen de Cuenca’, unos hechos inmortalizados en la excelente película de Pilar Miró del mismo nombre y en cuyo municipio radicó el pastor de los citados hechos.

Patricia Cuenca es una de las empresarias y emprendedoras de esta pequeño municipio, gerente de Cuencaval Materiales de Construcción, y ha manifestado que “estamos viviendo una crisis sanitaria en la que nuestro día a día se está viendo alterado, aunque aquí impera la tranquilidad. El aislamiento, respecto a los grandes núcleos urbanos y el lento discurrir cotidiano del medio rural, juegan a nuestro favor porque vivimos a otro ritmo distinto al de la gran ciudad. Sin embargo, la histeria colectiva por la crisis del Covid-19 empieza a hacer mella en nuestra localidad.

La joven empresaria mireña explica: “No somos tan alarmistas. Hablamos de ello y estamos pendientes de los medios de comunicación”.

El Ayuntamiento de Mira dictó el primer bando el 13 de marzo comunicando la suspensión de Miserere, un acto de la Semana Santa mireña que se celebra todos los Viernes de Cuaresma, y el Vía Crucis y ya el 15 de marzo se dictó otro prohibiendo salir de los domicilios, salvo lo necesario. Los vecinos de Mira sí han visto como durante los dos fines de semana pasados han llegado mireños residentes en Valencia u otras localidades, unas salidas prohibidas desde el primer día y que, como ha publicado Voces de Cuenca los ayuntamientos de Henarejos y Campillos de Paravientos ha pedido a sus vecinos residentes en la ciudad quedarse en las urbes para evitar posibles contagios.

La Guardia Civil ha establecido controles en las carreteras y también un helicóptero de la Benemérita ha estado patrullado desde el aire, al igual que en otras poblaciones. Agricultores y colaboradores han estado fumigando con tractores y cubas al igual que el Geacam, cómo han hecho en otros municipios de la zona.

El fin de semana del 20 al 22 ha marcado el punto de inflexión. Ha sido cuando los vecinos se han sensibilizado más de la situación aunque desde el primer día los bares, empresas y pequeños comercios están cerrados.

“No se ve nadie por las calles, ningún movimiento que llame la atención, se ve algún agricultor que otro pero muy pocos. Los vecinos únicamente salen a comprar al supermercado, al banco o al médico. Todo volverá a la normalidad, pero nada volverá a ser como antes. Seremos personas que habremos aprendido a valorar las cosas más sencillas de la vida. Mira y los mireños nos quedamos en casa cuidándonos. Eso sí a las 20 horas el pueblo cobra vida para aplaudir.

El empresario local de la compañía ‘Paloma de la O’ Juan Rafael Pérez Alcalá ha donado desinteresadamente 500 mascarillas,que ha entregado en todos los establecimientos públicos.