Tras el confinamiento del limítrofe municipio de Villamalea al desbocarse dos brotes de coronavirus y constatarse transmisión comunitaria, el Ayuntamiento de Ledaña ha tomado una batería de medidas para tratar de blindarse contra la expansión de la enfermedad y mantener la situación vigente, sin positivos confirmados ni casos sospechosos en el municipio.
Desde este jueves se ha prohibido la salida de los residentes de la vivienda de mayores, en la que se solamente se permiten visitas familiares una hora al día. También se cierra el parque de San Roque al público general, dejándolo para uso exclusivo de los residentes de la vivienda.
El mercadillo de los viernes dejará de instalarse hasta nueva orden, se extremarán las precauciones en las actividades organizadas por el Ayuntamiento y se redoblará la desinfección de parques públicos y pistas deportivas que, de momento, continuarán operativos.
La alcaldesa, la popular Clara Plaza, considera que el aumento de los casos en la comarca de La Manchuela «es muy preocupante» y señala que han decidido aplicar estas restricciones «ante la demora del decreto de la Junta de Comunidades sobre las nuevas normas sanitarias basadas en las directrices que el Ministerio de Sanidad comunicó el 14 de agosto». También ha pesado la proximidad de Villamalea.
Esta semana se han concertado desinfecciones por parte de los bomberos de la Diputación de Albacete, que cubren el municipio en convenio con la institución provincial homóloga conquense. Labores de desinfección a las que también se están dedicando altruista y voluntariamente un grupo de agricultores.