Ángel Minaya, el jareño que ha reducido a la mitad el plazo para producir pistacho con técnicas de EE.UU.

En la actualidad, su empresa Agróptimum Desarrollos Globales SLU factura en torno a los ocho millones de euros con perspectivas de crecimiento en el presente año

El pistacho es un cultivo emergente en Cuenca y en Castilla-La Mancha. Está ocupando parcelas que ha sido utilizadas por otros cultivos más tradicionales como el cereal ante la llamada de una cuantiosa rentabilidad. La cuestionada viabilidad del sector agrario ha sido la vía de entrada para este cultivo originario de Asia Occidental. Como suele ocurrir, las novedades vinieron acompañadas de desconocimiento y Ángel Minaya, natural de Villanueva de la Jara, se empeñó en combatirlo mediante el conocimiento en Estados Unidos de las mejores técnicas para aumentar su rentabilidad y garantizar su viabilidad. En la actualidad, su empresa Agróptimum Desarrollos Globales SLU factura en torno a los ocho millones de euros con perspectivas de crecimiento en el presente año.

«Nosotros empezamos porque veíamos muchas carencias en el sector, sobre todo en conocimientos que es lo más importante. Así es donde vi un nicho que había que desarrollar si queríamos profesionalizarnos sabiendo que estamos en una zona como Castilla-La Mancha donde el clima es una prioridad para este cultivo. El sector rural está muy abandonado y había un cultivo para poder desarrollarlo. Lo que estaba viendo es que las empresas que se dedicaban a este mundo se aprovechaban mucho del oportunismo por el desconocimiento de los clientes. Vendían humo diciendo algo que luego no funcionaba y realmente no daba el resultado esperado», señala el director de Agróptimum.

Para zanjar estas cuestiones, tomó la decisión de «dar el salto e ir a Estados Unidos. Si no vas donde están quienes realmente tienen el conocimiento y la experiencia no podremos darle el valor añadido que necesita este cultivo y el agricultor». La vinculación de Minaya con el sector agrario viene por lazos familiares y unos inicios relacionados con el almendro. «Siempre me he dedicado a la agricultura porque mis abuelos han sido agricultores, me ha gustado mucho la viticultura y llegó un momento que empecé con un amigo en la comercialización de plantas de almendro. Veo el boom del almendro pero tenía la limitación del frío. El año que te pilla una helada tienes cero cosecha y penaliza mucho la rentabilidad de la superficie. Y llega un momento en que vemos que cada vez estamos recibiendo más consultas sobre el pistacho. Ahí me doy cuenta de que no tengo conocimientos para responder las dudas que surgían. Me gusta hacer las cosas bien y decidí informarme aunque al principio no me interesaba mucho porque lo veía como lo ven la mayoría de los agricultores, que tarda mucho en producir, no se sabe qué va a pasar con él, con las plantas no hay certezas…»

Ángel Minaya reconoce que el elemento determinante en el cultivo del pistacho es la sanidad vegetal, partir de una planta que sea mucho mas homogénea. «Plantábamos pistachos pero ni siquiera sabíamos cuál era una planta buena o mala. Nos daban una factura y nos daban unas plantas. Así de simple. Así se funcionaba o se sigue funcionando en algunos casos. Aprovechándose los oportunistas de que es un cultivo que tiene un valor de compra muy alto y hasta que produce necesita un tiempo». La experiencia en Estados Unidos sirvió para que «se me abran los ojos. El cimiento es una buena planta que es lo que te garantiza una buena rentabilidad en la vida útil del árbol. Eso me lleva a dar el paso de importar plantas de Estados Unidos, pero vi que había muchas restricciones para la entrada y me di cuenta que la salida era producirlas aquí a través de nuestra empresa Agróptium y desarrollar los proyectos a través de otra empresa».

La semilla, el cimiento del cultivo

En ese momento es cuando se ponen en marca las instalaciones en Villanueva de la Jara importando una semilla que es un portainjerto híbrido que es lo que hace que la planta se desarrolle en menos tiempo, sea más homogénea para alcanzar mejores producciones durante más años, de forma más constante y continua. «Apostamos al 100% mejorando incluso lo que está produciendo Estados Unidos.  A partir de nuestra gestión, lo explotamos y desarrollamos  para que el agricultor profesional o inversor que quiere diversificar tenga garantías para alcanzar unas producciones continuas. Aportamos un servicio 360º al clientes desde el principio al final del proceso. A partir de la semilla hacemos todo el proceso de producción en vivero, controlando temperaturas, todo parametrizado con la última tecnología. Germinamos la semilla, trasplantamos, volvemos a trasplantar en un cepellón, que no se suele hacer en España porque es más caro pero te da unas garantías sanitarias muy elevadas. Posteriormente, tenemos una empresa que desarrolla proyectos de agricultura en campo para ofrecer asesoramiento desde el principio hasta el final. Analizamos clima, suelo, tipo de riego, abonos…preparamos el suelo y sembramos con nuestras máquinas. Después también prestamos servicios adicional de gestión de explotación. Porque se trata de mucho más que limitarnos a esperara a que de el fruto. Son producciones a medio y largo plazo».


La principal consecuencia ha sido la reducción a la mitad del plazo de producción del pistacho. «Antes se decía que había que esperar ocho años para entrar en producción. Nosotros hemos acortado y estamos hablando de que con 3,5 años podamos tener pistachos en la primera cosecha. La primera será moderada pero que irá en ascenso hasta el año diez que ya será una media productiva de las esperadas. Estamos acortando cuatro años el proceso de producción que hasta la fecha se conocía. Eso hace el cultivo mucho más atractivo porque no tienes que tener un tiempo de espera tan largo sin saber lo que va a pasar. Posteriormente, también tenemos previsto ofrecer el servicio de recolección y procesado. recogeremos el fruto y lo compraremos al cliente ara que ellos sólo se tengan que preocupar de invertir para retornar»

El director general de Agróptimum destaca que «una de las características por las que se denomina cultivo-burbuja es porque mucha gente ha escuchado que esto es muy bueno y ha comprado plantas de cualquier manera para ponerlas. La batalla era poner la planta cuanto antes para recoger cuando antes. Tengo un terreno, consigo un planta, me den lo que me den la pongo como planta de pistacho y a esperar ocho años. Ahí es donde detecto el error y empiezo a dar pasos. Cuando empezó el boom cualquier sabe, lo pone…y del 100% no sé si el 85%% llegará a coger las cantidades necesarias para que sean rentables».

La Manchuela, escenario ideal

El cultivo del pistacho necesita ciertas horas de frío y de calor para garantizar una producción abundante y estable. «En toda la provincia de Cuenca se dan las horas de frío pero no las horas de calor. Las horas de frío son las que necesita el árbol para florecer en primavera y las horas de calor son las que necesita para poder madurar el fruto en verano. En la Serranía vas a tener frío pero no vas a necesitar el calor que se necesita. Por ejemplo, la Manchuela conquense es una zona espectacular. Las zonas más alsur y oeste también funcionan bien sin estar cerca del mar porque no se requiere humedad».

Los precios del pistacho, durante los últimos años, han sido muy estables. El año pasado se creó la lonja del pistacho en Castilla-La Mancha, ya que no existía un precio de referencia y actualmente los precios medios rondan entre los cinco y seis euros por kilo el convencional y ocho o nueve euros el ecológico.

Agróptimum posee un volumen de producción en torno a 400.000 plantas anuales de las que salen al campo en torno a un 60-70%. Las zonas de destino son principalmente Albacete, Toledo, Madrid, este de Extremadura, Segovia, Ciudad Real,…»Gestionando nuestra explotación como o estamos haciendo podemos hablar de una rentabilidad, aproximadamente cuando el árbol está en una producción avanzada será entre 5.000 y 10.000 euros en un regadío y en secano entre 2.000 y 6.000 euros por hectárea. Esto depende de muchas variables como clima, suelo, pluviometría…» señala Minaya.