El Comité de Empresa de la empresa PINASA, ubicada en Fuentes, se reunieron el pasado 23 de septiembre con la dirección del Grupo Losán para avanzar en la situación de impagos de las nóminas a los 180 trabajadores de la fábrica. Las concentraciones frente a las puertas de la compañía se han ido sucediendo estos meses atrás debido a los retrasos continuados desde hace un año y medio en el pago de los sueldos motivados por los sindicatos.
El representante de UGT FICA en Cuenca, Jesús Laín, asegura a Voces de Cuenca que en el encuentro esperaban que la dirección comunicara la compra de la empresa por un nuevo grupo inversor. Sin embargo, «nos dijeron que no nos podían adelantar nada, pero que seguían dando pasos», afirma Laín. Actualmente, la última nómina que han recibido los empleados ha sido la segunda mitad de julio, faltando la de agosto.
«Las negociaciones están yendo con muchísimo retraso, se ampliaron los plazos hasta finales de julio para que hubiera más ofertas y analizar toda la documentación relativa al proceso», afirma el representante sindical que califica la situación como «desesperante» para la plantilla.
Desde febrero de 2024 los trabajadores llevan sufriendo estos retrasos «sin ninguna explicación e información» y muchos de ellos están pensando «en marcharse, incluso algunos ya lo han hecho», asegura Laín, además de que otros han tenido que pedir la baja médica a raíz de esta situación.
El representante de UGT sostiene que la empresa ya ha tenido ofertas para comprar el grupo, «pero hay que materializarlo». A pesar de que en un proceso concursal «se dan muchas circunstancias que no se pueden controlar», los plazos se han ido retrasando «más de lo que se esperaba».
Los argumentos que manda la dirección para el retraso de las nóminas, según Laín, es que hay poca producción en la fábrica «y el poco dinero que se genera, se abona de forma fraccionada y sin ser puntuales», asegurando que «muchos días no arranca» el taller. Asimismo, el representante de UGT confirma que algunos trabajadores ya han solicitado la extinción del contrato de trabajo por incumplimiento grave del empresario por el retraso continuado en el pago.
Laín espera que a corto plazo la dirección del grupo comunique una confirmación, aunque asegura que si la situación se mantiene «pensaremos en nuevas formas de concrentación».
«Esto está afectando a la salud de los trabajadores y a las familias»
Y.D.L.C, familiar de uno de los trabajadores de Pinasa, afirma a Voces de Cuenca que los empleados están hartos de los «incumplimientos y los retrasos» en sus nóminas. Denuncia que la empresa «no da ningún tipo de información» a la plantilla del por qué de los impagos y asegura que muchos de ellos, «que llevan trabajando más de 20 años en la empresa, no saben qué hacer». «No podemos aguantar a que digan nada, porque hay gastos y hay que seguir con la vida», ha destacado.
Este familiar asegura que, a pesar de que los trabajadores no están recibiendo el salario, «se sigue exigiendo el mismo trabajo o incluso más». Exige que se les de algún tipo de información sobre qué va a pasar con la empresa «para saber si tienen que buscar otra cosa», ya que «lo más duro es la incertidumbre».
«La plantilla está quemada, a nivel de salud están resentidos porque hay mucha ansiedad y muchas personas ya se han dado de baja por esto», ha resaltado, que manifiesta que la familia «somos daño colateral». «Ya está bien, tienen derecho a estar informados y que esto coja algún rumbo», ha sentenciado.