José A. Martín-Buro Mañas. Secretario Regional Bienestar Social PP Castilla-La Mancha
En unos meses tan duros, tan difíciles para decenas de miles de familias que han vivido el sufrimiento de perder a personas imprescindibles en su vida, de superar la tragedia y trabajar el duelo, se le une la incertidumbre de lo que el futuro va a depararle a él y a los suyos, ya sea a nivel sanitario, en su empleo y economía, en la formación educativa propia o la de sus hijos. Es lo que asociamos a un Estado del Bienestar que, cuando lo necesitamos, deseamos abarque el mayor nivel de protección social posible y exigimos los mayores niveles de calidad e inmediatez.
Aún con las emociones muy presentes, ahondar en la gestión política, tanto a nivel regional como nacional, es profundizar sobre su justicia, apoyándonos en unos datos que podrían llegar a corroborar o no lo que la sociedad percibe, lo que todos hemos sentido después de perder lo que nunca podremos recuperar. Por supuesto, los que lo han vivido en primera línea son portavoces autorizados y han sido muchos los colectivos, ya sea en público como en el ámbito más cercano, los que se han avergonzado con las manifestaciones de quienes nos dirigen en España y en la Región, reprobando su gestión irresponsable, insensible y negligente.
Durante todos éstos años, en una realidad completamente dinámica y cambiante, no se ha gestionado ni legislado de acuerdo a las necesidades y al diagnóstico que todos los agentes sociales han ido poniendo de manifiesto, alertando de la deriva asistencialista que cada día se va confirmando Éstos terribles meses “han desnudado” todavía más a Page y su Gobierno, anteponiendo lo mediático por encima de las personas, lo que se puede vender sobre lo que verdaderamente repercute en el bienestar de las personas y sus familias.. Trístemente, donde el Gobierno Regional se ha mostrado sumamente ágil es en la creación de Viceconsejerías y Altos Cargos, cuyo incremento si que se ha correspondido con el aumento presupuestario del que ha dispuesto cada Consejería. La crisis sociosanitaria vivida solo ha sido la confirmación de un Gobierno ausente de planificación y anticipación.
La sociedad y la realidad a la que nos enfrentamos, nos exige ser propositivos, demostrar que los Poderes Públicos son capaces de crear las iniciativas óptimas para acelerar la recuperación y superación de las dificultades que se están viviendo con suma angustia. Y la fórmula adecuada, la más certera, está mucho más cercana de lo que los hechos demostrados por el actual Gobierno Regional nos ha demostrado. Cada vez son más los compañeros del ámbito de Servicios Sociales que, de forma pública o privada, de forma individual o a través de Plataformas, están exigiendo una reacción y una atención hacia unos colectivos y hacia unas necesidades que, lamentablemente, seguirán creciendo de forma exponencial.
En una situación como la actual, el sistema Público de Servicios Sociales será pieza clave, de forma transversal con otras áreas (Sanidad, Economía, Empleo) en la recuperación de personas y familias. Debemos recuperar procedimientos e instrumentos puramente técnicos puesto que, de lo contrario se extenderá un modelo meramente asistencial y lo que es más terrible, no sujeto a los controles de los profesionales competentes. Ayudas como las de “Emergencia Excepcional” aunque, en el ámbito de los Servicios Sociales de Atención Primaria son conocidas popularmente como de “Emergencia Bolivariana”, son parches ausentes del mínimo rigor técnico. Ante la certidumbre de los profesionales de los Servicios Sociales de Atención Primaria que aseguran, en público y en privado que “serán menos las familias que reciban este apoyo en 2020 y, si lo reciben, será en cuantías más pequeñas” tenemos que apostar, decididamente, por prestaciones económicas e instrumentos técnicos que estén a la altura de la realidad, sabiendo atenderlas con diligencia y agilidad.
Paralelamente, a nivel organizativo, debemos debemos apostar por un Sistema Público de Servicios Sociales de auténtica calidad, una modernización de un sistema anclado en el pasado y que siguen manteniendo muy presentes las mismas debilidades. Es evidente que el modelo de Servicios Sociales, a pesar del “maquillaje” bajo la nomenclatura de marco de concertación, no se acerca, ni de lejos, a las necesidades y la realidad de nuestro territorio, ni de quienes lo habitan. Debe impulsarse una nueva estructuración, tanto funcional como territorial de los Servicios Sociales de Atención Primaria que, anunciada en la Ley 14/2010 de Servicios Sociales de Castilla-La Mancha, nunca ha sido desarrollada. La actualización del “Mapa de los Servicios Sociales” tiene que desembocar en un nuevo modelo de gestión basado en el Acuerdo interinstitucional y, como confirman los profesionales de Servicios Sociales, con la suficiente dotación y la vocación de reducir, al máximo, los trámites burocráticos.
Al mismo tiempo, el fortalecimiento de las Entidades Sociales debe corresponderse con el inmenso esfuerzo que la sociedad civil ha demostrado en éstos meses para que personas y familias no se encuentran absolutamente desamparadas. Lo vivido en éstos meses es un nuevo ejemplo de que la solidaridad está inoculada en nuestra ciudadanía, que volvemos a ser ejemplo de cooperación ante las carencias e incapacidades de quienes tienen la responsabilidad de liderar las distintas Administraciones.
Nuestro crédito tiene que arraigar desde un modelo de liderazgo responsable, centrado en la persona y sus necesidades, alejado de protagonismos o promesas que difícilmente se verán cumplidas. Con seguridad, la verdadera calidad en la gestión de nuestro sistema de protección social se verá significativamente incrementada con un pronóstico certero y muy vinculado a lo que demanda realmente el territorio, cada individuo, sus familias y todos los que comparten el objetivo común de trabajar por la reconstrucción económica y social de nuestra región.