Carta abierta al alcalde de Cuenca, Darío Dolz, sobre la privatización del Teatro Auditorio ‘José Luis Perales’

ARTEC, Asociación de Profesionales de la Gestión Cultural de Castilla-La Mancha

Desde ARTEC, la Asociación de Profesionales de la Gestión Cultural de Castilla- La Mancha, queremos expresar nuestro rechazo y denuncia ante la privatización de la programación escénica del Teatro-Auditorio José Luis Perales, así como de su dirección y gestión. Consideramos que este espacio constituye un servicio público esencial y un referente cultural para la ciudad de Cuenca.

Esta decisión forma parte de una tendencia preocupante en las administraciones públicas: la privatización progresiva de los servicios culturales. En este caso, se prescinde de contar en la plantilla municipal con un profesional de la gestión cultural, figura clave para la programación y dirección del teatro.

La medida, aprobada con el visto bueno de la Fundación de Cultura de la Ciudad de Cuenca, se justifica —según declaraciones de la concejala de Cultura— como una “externalización necesaria” para “crecer” y atraer “artistas de renombre” con “precios competitivos”, apoyándose en “especialistas”. Sin embargo, estas afirmaciones revelan un desconocimiento del valor de los profesionales públicos de la gestión cultural, que ya forman parte de la administración y cuyo trabajo garantiza una programación diversa, de calidad y cercana a la ciudadanía. Además, existen catálogos y programas elaborados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y por entidades estatales que promueven precisamente ese acceso democrático a la cultura.

Delegar la gestión cultural a una empresa de eventos no solo implica rechazar la cultura como bien público, sino también renunciar a su función social y educativa.

Privatizar la gestión, la programación y la dirección del Teatro-Auditorio José Luis Perales vacía de identidad cultural este espacio y empobrece el sector, reduciendo la labor de los gestores culturales a la mera organización de espectáculos, sin atender a la formación de públicos, la creación artística, o la reflexión sobre temas de interés social.

La programación cultural pública debe estar guiada por criterios artísticos, educativos y sociales, no por intereses económicos, clientelares o ideológicos.

Por todo ello, reivindicamos el respeto y la puesta en valor de la experiencia de los gestores culturales públicos, quienes han hecho posible que este espacio se consolide a lo largo de los años y que deben seguir formando parte de su plantilla y su dirección.