Rubén Martínez García.CEO de Rujamar.Fotos:Esteban de Dios

Cada año se producen en el mundo en torno a un billón (sí, con b) y medio de huevos. En este megalítico mercado se mueve Rubén Martínez, un conquense de 40 años, natural de La Parrila, que con su empresa Rujamar apuesta desde hace años por la producción de huevos alternativos, favoreciendo el bienestar animal y apostando por la ecología y la sostenibilidad. Más de un millón de huevos salen diariamente de sus centros de producción y se venden no sólo en nuestro país sino en otros europeos e incluso de Asia y África. En esta amplia entrevista Rubén nos habla con la pasión de quién ha dedicado toda su todavía joven vida a desarrollar un proyecto que inició su padre y al que él ha convertido en un motor de desarrollo para la provincia de Cuenca.

– Cuéntanos qué es Rujamar para quien no lo sepa y cuál es su historia hasta el momento.

Rujamar es una empresa conquense con tres núcleos, y otro que estamos haciendo en Canarias, de producción de huevos. Nos dedicamos a trabajar con gallinas ponedoras de los tres tipos alternativos: huevos de gallinas en suelo, de gallinas camperas y de gallinas ecológicas u orgánicas. De esos tres tipos somos líderes de dos a nivel español y muy cerca del primer europeo, que son los de suelo y ecológicas. En La Parrilla tenemos un núcleo con casi un millón de ponedoras en suelo, que es el más grande de España sin lugar a dudas de gallinas alternativas y tenemos el núcleo de Honrubia de gallinas ecológicas, que es el más grande de Europa. Somos la única gran empresa de más de medio millón de ponedoras, que seremos unas veinte, que tiene el 100% de sus gallinas libre de jaulas por una creencia absoluta de bienestar animal, porque entiendo que para buscar ese bienestar animal lo primero que hay que quitar son las jaulas. Creo que una gallina que vive toda su vida pisando alambre, enjaulada, sin poder desplazarse y volar o planear con las alas, es una putada, así lo pienso y así lo he dicho y por eso desde junio de 2018 decidimos eliminar las jaulas.

Somos una empresa muy comprometida con nuestra provincia, de hecho hay pocos clubs deportivos y otras iniciativas que nos pidan ayudan y les digamos que no, estamos colaborando con la U.B. Conquense, con el Balonmano Ciudad Encantada, tenemos un equipo de triatlón, otro de Mountain Bike, colaboramos también con el San José Obrero y es raro que Rujamar no esté en este tipo de clubs. Además en este tiempo de crisis hemos colaborado con Cáritas y con el Banco de Alimentos en todo lo que hemos podido para intentar ayudar a nuestra provincia, aunque he de decirte que sólo vendemos el 0,2% de nuestra producción en la provincia de Cuenca y destinamos más del 80% por ciento de nuestros gastos en marketing y publicidad y ahí se demuestra la involucración que tengo por mi tierra. En Cuenca sólo tenemos el por menor y algo que hemos empezado con alguna gran superficie, pero nuestro volumen de ventas está mayoritariamente fuera de nuestra provincia.

– ¿Desde cuándo lleva operando Rujamar?

Nacimos en 1984 fundada por mi padre y mi tío, que estuvieron juntos hasta 1998, ese año decidieron separarse y se quedaron mi padre y mi hermano pequeño, que falleció en 2002 y fue cuando yo entré en la empresa y cambiamos el nombre de Avícola La Parrila, que era como se llamaba entonces, por Rujamar, por Rubén, que soy yo, Jacob, que es mi hermano fallecido, y Mar por nuestro apellido paterno. En 2004 falleció también mi padre y me quedé yo al cargo de la empresa. Entonces teníamos un empleado y facturábamos en torno a 50 o 60.000 euros anuales, hoy tenemos en torno a 150 empleados con una facturación de 30 millones de euros anuales y con más de 200 puestos de trabajo indirectos, o sea que somos, aunque está feo que yo lo diga, el motor económico de la comarca de La Parrilla.

“En 2004 teníamos un empleado y facturábamos en torno a 50 o 60.000 euros anuales, hoy tenemos en torno a 150 empleados con una facturación de 30 millones de euros anuales”

– ¿Y cómo se consigue eso, cuál es tu fórmula? ¿Eres el único accionista?

Sí, soy el único accionista. De esto podría estar hablando durante horas porque he hecho muchos planes de negocio en estos últimos años, pero se resume en tener capacidad de endeudamiento, hemos invertido casi 50 millones de euros en los últimos cuatro o cinco años, mucho tesón y mucho trabajo. Yo al perder a mi padre y a mi hermano muy joven me refugié en el trabajo y no se me ha puesto nunca nada por delante. Yo soy un empresario que a nivel global no soy nada, pero en avícola de puesta estoy en vanguardia en España y en el extranjero, y para hacer lo que yo hago hay que estar un poco loco, no hay que tener miedo a los posibles cambios, si eres conservador a la hora de afrontar nuevos proyectos no los vas a hacer nunca. Fíjate ahora, en plena crisis del COVID, estamos invirtiendo hoy nueve millones de euros en Canarias en el nuevo núcleo de producción. Nosotros no tenemos un cliente fuerte como puede ser un gran supermercado que te vaya apoyando en el crecimiento, nosotros conforme vamos creciendo vamos colocando el producto, así que hay que estar un poco loco y sobre todo lo que te he dicho antes, tener capacidad de endeudamiento y para eso hay que hacer las cosas financieramente perfectas.

– Me has hablado de cómo viven tus gallinas. Los que simplemente nos comemos los huevos o los compramos en el supermercado no sabemos muy bien cómo viven esos animales y tenemos la imagen de esas imágenes tradicionales de las gallinas enjauladas unas junto a otras. ¿Es difícil hacer rentable ese modelo de producción? ¿Los costes son más elevados con tu manera de producir?

Te sorprendería la poca diferencia que hay de coste entre una cosa y otra. Lo que sí que hay es mucho más trabajo. Yo a mis gallinas las considero como mis maquinitas que me dan de comer a mí y a mucha gente más y creo que hay que cuidarlas, tengo la creencia absoluta de que las gallinas en una jaula están mal, no te lo van a decir porque no hablan pero te lo dicen de muchas otras formas, en la forma de envejecer, en la musculatura atrofiada cuando coges una gallina enjaulada. Yo creo que el animal debe vivir de otra manera, si se puede. Para ello hay un sistema de producción que es el de gallinas criadas en suelo que sólo encarece un 20% con respecto al de jaula, quiere decirse que el huevo va a costar 1,5 céntimos más solamente, 25 céntimos sólo la docena, y con eso nos quitamos todas las gallinas enjauladas. Luego hay otros tipos de producción que nosotros también tenemos, como es el huevo campero, con cien mil gallinas camperas, que es el mismo que el suelo pero las gallinas pueden salir al exterior. Tiene sus cosas buenas y malas porque ahora con 38 grados hace mucho calor cuando salen, no es lo correcto pero tienen que salir porque son camperas. Y luego están las ecológicas, que son como las camperas pero con menos densidad de aves en las naves y comiendo alimentación ecológica.

“Yo a mis gallinas las considero como mis maquinitas que me dan de comer a mí y a mucha gente más y creo que hay que cuidarlas, tengo la creencia absoluta de que las gallinas en una jaula están mal”

– ¿Qué comen tus gallinas?

Nosotros intentamos comprarle a todos los cerealistas y almacenistas de la zona, lo primero por potenciar la economía provincial y lo segundo por abaratar costes porque no es lo mismo que te traigan un camión de Montalbo que te lo traigan de Cartagena. Compramos trigo, triticale, cebada, maíz, pipas y aceite de girasol. ¿Qué no podemos comprar aquí?, el aceite de soja, porque no se refina en nuestra provincia, y la soja, que viene importada, pero todo lo que podemos lo compramos en nuestra zona. Una fórmula estándar de gallinas suelo y camperas lleva maíz, soja, trigo, cebada y aceite de soja o girasol. Eso es el 90%, luego hay que echarle carbonato cálcico, que simula las piedras que comen para que les ayude a hacer la digestión, fosfato y algunas otras vitaminas y aminoácidos que necesitan las gallinas para que estén fuertes y nos den la rentabilidad que buscamos, que es 0,9 huevos al día. Y en ecológico es exactamente igual pero todo bio, que es muy difícil porque hay muy poca conciencia en Castilla-La Mancha de producción ecológica, somos muy poco productores.

– ¿Son muy delicadas las gallinas?

Una gallina es muy difícil que pierda la vida, es un animal genéticamente duro, puede aguantar días sin comer y beber, es poco enfermiza, etc… pero en el momento que algo no le cuadre no te pone el huevo, cualquier pequeñez le afecta para poner. Yo velo por el bienestar animal, me encanta preocuparme por las gallinas, por la ecología y por el medio ambiente pero ante todo soy empresario, mi gente quiere cobrar a final de mes y los bancos quieren que les devuelva el dinero que me han prestado, así que tengo que buscar la mayor rentabilidad posible respetando siempre al ave. Eso sí, hay que hacer las cosas muy bien para que el animal te ponga huevos, es muy difícil en producción alternativa, que es la que nosotros tenemos, en jaula ya está conseguido porque hay muchísima investigación, teoría y práctica para producir bien pero en alternativo hay muy poca investigación y en ecológico nada, y hablo a nivel mundial.

– ¿Tienes departamento de I+D?

Sí, lo inauguramos el año pasado con la presencia de nuestro presidente Emiliano García-Page junto con mi paisano el vicepresidente Martínez Guijarro y más consejeros, y ahí lo que hacemos es investigar sobre todo relacionado con la alimentación y qué medidas mecánicas podemos implantar en las naves de puesta para mejorar el bienestar del ave porque una gallina cuanto mejor esté, más cómoda esté y mejor se sienta, mejores producciones va a tener. Pero no hay una relación directa porque eso que yo te he dicho lo podría coger un productor en jaula y decirme que en jaula se obtienen mejores puestas que en suelo, campero y ecológico y por lo tanto están mejor, pero no, si tienes libre a una gallina puede hacer lo que le dé la gana y a veces se puede despistar y no come ni bebe lo que debe o se pueden asfixiar porque se juntan, entonces ponemos en marcha la emergencia de los granjeros y ayudamos a las gallinas. Eso no va a pasar en la vida en las jaulas, dónde sólo comen y beben. Cuando tú las sacas de las jaulas hay mucho más que investigar y las puestas nunca pueden ser las mismas. Y si a eso le añades en campero y ecológico las inclemencias de tiempo también afecta mucho. En jaula la producción es muy predecible pero en producción alternativa eso no es así y tira mucho para atrás a la hora de que los granjeros se decanten por este tipo de producción, los empresarios son generalmente mayores y son reacios a cambiar. Pero si se informara al consumidor de lo que es una gallina enjaulada y lo que no lo es estoy convencidísimo que subiría exponencialmente el consumo de huevos alternativos.

“En jaula la producción es muy predecible pero en producción alternativa eso no es así y tira mucho para atrás a la hora de que los granjeros se decanten por este tipo de producción”

– ¿Hay mucha diferencia de calidad entre un huevo y otro?

Ninguna.

– Entonces es sólo una cuestión de bienestar animal.

Sí. La gallina pone por el pico. ¿Qué significa eso? Pues que la gallina según lo que come así te pone y no hay diferencia entre lo que comen las de jaula, las de suelo o las camperas, sólo que las de suelo comen un poco más que la de jaula porque tiene más actividad física y se desplaza libremente. La campera come aún más porque se desplaza más y sale fuera de las naves. Con la ecológica cambia la película porque hay una diferencia importante entre los alimentos bio y los normales y por tanto también hay diferencia entre los huevos bio y los normales. Lo que tiene que entender el consumidor cuando va a comprar huevos es que si quiere algo totalmente diferente en lo bio lo encuentra, aunque entiendo que no todo el mundo tiene o quiere gastarse cinco euros en una docena de huevos. Si compra campero, suelo o jaula las diferencias organolépticas, de sabor, de textura de la yema, de todo, es prácticamente idéntico. Eso sí, tiene que saber que cuando compra un huevo de gallina de jaula esa ave ha estado toda su vida, desde que nació, pisando alambres y no se ha movido de un habitáculo pequeñito, mientras que si lo compra de una gallina de suelo o campero esas ave viven con mayor libertad e incluso disfrutan de ocho o diez horas de poder interactuar con el medio. Esa concienciación del consumidor es la que tenemos que trasladar y fomentar. 

– ¿Cuántos millones de huevos vendes al año?

Muchos, producimos aproximadamente un millón de huevos al día y producimos todos los días del año, las gallinas no paran, son una maquinita perfecta que hay que cambiar cada doce o trece meses con dos meses que no ponen, uno de adaptación a la nave y otro de limpieza y desinfección. 

– O sea que puedes vender más de 350 millones de huevos al año.

Ahora estamos clasificando un millón diario con ciertas oscilaciones de cien mil arriba o abajo.

– Me has comentado que no tenéis acuerdos estratégicos con grandes superficies. ¿Dónde vendes tantos huevos?

El huevo que tenemos ahora mismo es un referente a nivel europeo y muchas de las empresas que nos compran huevos así lo valoran. Estamos fundamentalmente en Supermercados Dinosol en Canarias y en la península en Lidl en las plataformas de Valencia y Murcia y Ahorra Más a nivel nacional. Y a nivel local vendemos en Alcampo y un poquito en Carrefour. Y en la provincia a nivel de pequeñas tiendas rara es la que no tiene nuestros huevos, que somos los únicos repartidores de huevos libre de jaulas. 

– ¿Vendes fuera de España también?

Sí, vendemos algo en Dubai, en África, en Israel y en Hong Kong. No mucho, en torno a un 6% de nuestra producción pero sí que vendemos algo fuera de España. Hace dos o tres años, cuando todavía no apostamos por el producto libre de jaulas sí que vendíamos más del 80% de nuestro producto fuera de España y fuera de Europa, pero ahora estamos muy centrados en el mercado nacional y europeo.

“Me gustaría que el conquense valorase más el esfuerzo que está haciendo Rujamar por la sociedad conquense y creo que debería pedir más la marca Rujamar”

– Me has dicho antes que de toda tu producción vendes sólo el 0,2% en la provincia de Cuenca, ¿eso es simplemente porque Cuenca es muy pequeña o porque no eres profeta en tu tierra?

Me gustaría que el conquense valorase más el esfuerzo que está haciendo Rujamar por la sociedad conquense y creo que debería pedir más la marca Rujamar, pero la gente es libre de hacer lo que le parezca. De todas formas nosotros vendemos en torno al 20% de los huevos que se consumen en Cuenca. ¿Qué debería ser más? Pues yo creo que sí, pero es que también hay otras empresas y todos tenemos que funcionar. Quizá me podría haber preocupado más por posicionarme en la provincia pero como nuestro volumen es tan grande nos centramos más en las grandes superficies porque aunque duplique o triplique las ventas en la provincia tampoco la incidencia en la facturación global de la compañía sería significativa. Nosotros tenemos una producción, incluso para toda Castilla-La Mancha, muy fuerte y tenemos que centrarnos en vender fuera de la región. 

– He visto que tenéis también algunas líneas alternativas tipo gourmet como huevos trufados. 

He hecho dos cosas que las tengo patentadas, una es Ovosoja, que son huevos de gallinas alimentadas mayoritariamente con soja, con los beneficios que aporta ésta, lo que pasa es que me di un trompazo bueno, porque me gasté cientos de miles de euros en una campaña de promoción y no funcionó. Menos mal, porque luego una gallina que estaba enriquecida con tanta proteína como aporta la soja tenía problemas de digestibilidad, así que menos mal que no me salió. Fui mal aconsejado o a mí me pudo la pasión y tiré para adelante. Y luego otro tortazo que me metí, y que seguimos comercializándolo, son los huevos camperos trufados, que van en un paquetito de tres unidades, con un paquete negro con pan de oro, diseñado para los Emiratos Árabes, donde teníamos tres hoteles muy importantes allí que nos compraban esos huevos. Yo eso lo hago con trufas salvajes de la Serranía de Cuenca y Teruel, pero para que crezca la trufa hacen falta unas condiciones meteorológicas determinadas y a veces no se dan y no hay trufa. Yo tenía un contrato cerrado con ellos y los árabes no entienden si aquí no llueve o no hace frío y no hay trufa y esta semana, o la que viene, no te puedo cargar, así que hace dos años hubo tres semanas que vino una ola de calor, no les pude servir y rompimos el contrato porque a esta gente si les fallas ya no les fallas dos veces. Ellos se llevaban el 95% de los huevos que trufábamos y como se rompió el acuerdo intenté comercializarlo en España pero es un huevo carísimo y tiene un mercado muy minoritario. Sigo trufando algo pero es por hobby, pero no como negocio.

– Hablando del momento en que nos encontramos, ¿cómo habéis funcionado durante todos estos meses que llevamos de pandemia?

Nos pilló desprevenidos, como a todos. Lo he vivido de cerca sanitariamente porque tengo una hermana que es enfermera y me ha contado historias totalmente dantescas. Y a nivel de la empresa, en marzo y abril vendimos toda nuestra producción porque varias cadenas de supermercados triplicaron sus ventas y eso compensó lo que perdimos de restauración y hostelería, que se paró todo. En mayo se frenó y en junio y julio hemos vuelto a la normalidad. En cuanto a la parte sanitaria en mi empresa, hasta hace dos semanas, no ha habido ningún positivo, y el que hemos tenido fue una chica que se va a incorporar la semana que viene a trabajar. En Rujamar hemos llevado controles muy rigurosos desde el día 5 de marzo, con normas de bioseguridad como la toma de temperatura de todos los que entran, rellenar unos registros con preguntas para saber dónde han estado y qué han hecho por si hay riesgo de contagio, desinfectar los vehículos con un desinfectante industrial hospitalario, los camioneros, que no son trabajadores nuestros, no pueden bajarse de los camiones, habilitar un servicio para la gente de fuera que no esté en contacto con los trabajadores de la empresa, geles por todos, en fin una batería de medidas para disminuir al mínimo las posibilidades de contagio en el ámbito de la empresa. Con esas medidas no tuvimos ningún positivo, ahora ha habido uno del que te he hablado, Sanidad nos dijo que había que aislar a una serie de personas que habían estado cenando con ella, les hicieron unos PCR con todos negativos y además nosotros decidimos hacérselo a todas las personas que podían haber estado en contacto con esas nueve personas, que creo que fueron treinta y siete, y todos los resultados que nos han llegado son negativos.

– Y de cara al futuro qué proyectos tienes.

Ahora estamos en Canarias con un proyecto muy ambicioso, vamos a montar trescientas treinta mil aves de puesta cuando en todas las islas hay un censo que no llega al medio millón, vamos a duplicar las cifras pero sin perjudicar al empresario canario porque lo que vamos a hacer es los huevos que ahora mandamos desde la península los vamos a producir allí. Luego tengo un proyecto muy bonito que es una planta de ovoproducto, que todavía no sé dónde ubicarla, para hacer huevo líquido, polvo y cocido, un proyecto que llevamos cinco años detrás de hacerlo. Y luego también tengo pensado abrir un centro de investigación biológica en la provincia de Cuenca que abordaremos cuando consolidemos lo de Canarias y la planta de ovoproducto, pero de eso ya hablaremos más detalladamente en otra ocasión.