La Cuenca taurina reclama «respeto y apoyo» en un «paseo» que congrega a varios centenares de personas

Aficionados y profesionales han reivindicado este domingo en las inmediaciones de la Plaza de Toros el "valor cultural" y la fuerza del sector durante un acto que se ha desarrollado sin incidentes

Paseo taurino
Paseo Taurino

Alrededor de 250 personas -600 según la Policía Local y 500 en el cálculo de la organización- se han concentrado en la mañana de este domingo en las inmediaciones de la Plaza de Toros de Cuenca para demandar «respeto y apoyo» a un sector que, según defienden, «es cultura» y tiene un notable peso específico en la sociedad y economía españolas.

«En el mundo del toro estamos muy maltratados en todos los aspectos y nosotros somos cultura. Al igual que a otros sectores se les ha hecho caso siendo cuatro, ya era hora de que nosotros, que llenamos plazas con miles de personas, nos uniésemos para tirar esto hacia adelante. Somos un colectivo grande y deben contar con nosotros». Así se expresaba antes de comenzar el acto Ismael Mora, banderillero e integrante del grupo que se ha encargado de llevar a buen término una convocatoria nacida en las redes sociales, autorizada por la Subdelegación del Gobierno y que se ha desarrollado en 30 localidades del país durante este fin de semana.

La principal demanda, añadía, es es «el respeto» para que «la gente pueda ir a los toros con total tranquilidad, sin amenazas ni miedos». Él, destacaba, tiene un niño pequeño y le gustaría que su hijo pueda ver a trabajar a su padre sin escuchar gritos de «asesino o criminal» como tampoco los escuchan en otros gremios «como los pescaderos o carniceros, por ejemplo».

Mora ha sido el encargado de dar, en torno al mediodía, la bienvenida a los asistentes que, como indicaban las normas de la convocatoria, portaban mayoritariamente mascarillas. Unos elementos de protección que en algunos casos estaban customizados con motivos taurinos como la silueta del animal o el aspecto de un capote y, en otros, incluían los colores de la bandera española. Precisamente algunas enseñas nacionales con reses serigrafiadas ha sido junto a varias camisetas algunos de los pocos distintivos reivindicativos de una jornada sin presencia de pancartas ni otros objetos habituales de las manifestaciones.

Tras disculpar la ausencia de miembros del sector que por las restricciones de movilidad no se han podido desplazar hasta Cuenca (como el empresario de la Plaza, Maximino Pérez), el banderillero ha dado paso a Elsa Jiménez, cirujana del coso conquense, que ha pedido un minuto de silencio en señal de condolencia por las víctimas de la COVID-19.

Ha sido entonces cuando se ha oído un grito de «¡Asesinos!» proferido por una voz femenina sin identificar desde una calle cercana al recinto, situado en la Avenida de Reyes Católicos de la capital conquense. Una acusación que no ha provocado reacción alguna en los asistentes, que han mantenido su silencio inalterado.

Sí que se refirió a ella, pidiendo que los aplausos luego fueran más fuertes para responder al ataque verbal, el periodista Leo Cortijo, que ha sido el encargado de leer el manifiesto del acto. Un texto en el que se reivindica que el mundo taurino es «un legado que la cultura latina ha sabido preservar» y se defendía la transversalidad de una afición «de brutos y sabios, de sol y de sombra, de derechas e izquierdas».

Cortijo ha indicado que los amantes de la fiesta «somos la cultura que heredamos de nuestros abuelos y transmitiremos a nuestros nietos, la cultura universal que mantenemos viva en un lazo de hermandad entre pueblos de Perú, Venezuela, Ecuador, Colombia, Portugal, Francia, México y España». 

Ha recordado que tanto reyes como papas fracasaron en su intento de prohibir una manifestación «que no pudieron controlar» y que, ahora, «nuevos poderosos en nuevos tribunales de Inquisición pretenden prohibirnos, pero tampoco podrán porque la cultura no se censura, la cultura no se puede limitar ni reprimir».

«La cultura es riqueza, diversidad, rebeldía, conflicto y creatividad. Pero, la cultura es, sobre todo y por encima de todo, libre. La cultura nos hace libre», ha agregado para concluir con sendos vítores a la fiesta, el toro y la Cuenca taurina que han sido entusiastamente secundados por las gargantas de los participantes. Con idéntica actitud han apoyado con «Olés» y aplausos las verónicas con las que se ha arrancado un niño ante la Puerta Grande.

A continuación se ha desarrollado el «Paseo» propiamente dicho que daba nombre a la convocatoria y que ha rodeado la plaza conquense. Un paseo que se ha desarrollado sin incidentes y sin cánticos ni consignas, y en el que, a pesar de la petición de los organizadores, no siempre se ha respetado la distancia de seguridad de metro y medio entre los centenares de participantes. 

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