La Fundación Franz Weber ha reclamado al Ayuntamiento de Cuenca la suspensión de todas las actividades taurinas que implican la participación de personas menores de edad, por incumplir hasta dos recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
Convocatorias como el “bueyada infantil” prevista para este sábado 14 o el acceso bonificado a corridas de toros que se ha dado en años anteriores son «evidentemente contrarias a las objeciones internacionales y se vienen realizando en los últimos años en la localidad con apoyo del ejecutivo municipal», destacan desde la organización para la conservación del medioambiente.
Así, recuerdan que en 2018 el Comité pidió al Estado español evitar la participación o presencia de niños y adolescentes en la tauromaquia, con un texto al respecto: “Para prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros, el Comité recomienda que el Estado parte prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia.”
Señalan que en agosto del pasado año el organismo de expertas y expertos de Naciones Unidas incluyó una referencia en el Comentario General nº 26, en su apartado G) sobre el “Derecho a no sufrir ningún tipo de violencia”: “Los niños deben ser protegidos de todas las formas de violencia física y psicológica y de la exposición a la violencia, como la violencia doméstica o la infligida a los animales.”
La Fundación resalta que estas peticiones tienen un encaje «evidente» en la exposición a la violencia que sufren niños, niñas y adolescentes, tanto en formato de participación directa como en la asistencia de espectadores al resto de actos taurinos programados para las próximas semanas.
Asimismo, la entidad defiende que diferentes especialistas han advertido acerca de la exposición de las personas menores de edad a contenidos violentos, «comprobando alteraciones en su comportamiento y midiendo diferentes niveles de agresividad y ansiedad posterior».
«Además del evidente riesgo de que el niño sufra angustia e incluso efectos traumáticos originados por la exposición de escenas de agresiones violentas hacia humanos y animales, la exposición a la violencia en la infancia puede contribuir a la normalización de la violencia y fomentar actitudes de aceptación de la agresión», sentencian.