La Catedral de Cuenca ha reabierto sus puertas al público este 1 de julio envuelta en medidas de seguridad e higiene para garantizar que las visitas se hagan sin ningún tipo de riesgo.
Solamente esta mañana, más de medio centenar de turistas llegados de todos los puntos del territorio español, han siso los primeros en poder volver a visitarla. Un buen número de ellos eran castellano manchegos, pero también ha habido visitantes de Andalucía, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, País Vasco, Castilla y León, Aragón y Cantabria.
El director de la Catedral, Miguel Ángel Albares, se muestra gratamente sorprendido ya que creía que solamente iban a subir unos cuantos conquense en la reapertura, pero «ha habido decenas de turistas de fuera».
La noticia de la reapertura ha sido una sorpresa para muchos de estos turistas que han recibido la noticia con satisfacción: «Ayer hicimos una visita turística con un guía y nos dijo que precisamente abría la Catedral» dice un turista vasco.
Las visitas, se han desarrollado entre importantes pautas de seguridad e higiene. Al entrar a la Catedral, todo el mundo se encuentra una pantalla donde se le da la bienvenida y se le recuerda las medidas básicas de seguridad estipuladas por las autoridades sanitarias. Albares las repasa: «Es obligatorio el uso de mascarilla para entrar y durante todo el tiempo de la visita, evitar aglomeraciones y guardar la distancia de seguridad».
También hay un dispensador de gel hiodroalcohólico a la entrada y a la salida que se expulsa con tan solo acercar las manos al mismo. Asimismo, se recomienda la compra de entradas por las web para poder programar el horario concreto de visita sin pasar por taquilla.
Entre las novedades en la visita, está el sistema de audioguías a través de códigos QR que lleva a las audioguías disponibles en hasta cinco idiomas. Respecto a las convencionales, Albares cuenta que «se higienizan después y antes de cada uso para que el que la va a usar también vea que así se hace».
Albares afirma que no hay ningún tipo de limitación en el recorrido habitual pero sí que en las salas más pequeñas o en la subida al triforio, «si se aglomerase mucho gente, entraría el personal de la Catedral en acción si se sobrepasa un determinada número».
Los turistas que han accedido al templo han encontrado satisfactorias las medidas de seguridad e higiene: «Hay distancia social, te puedes limpiar bien las manos y las audioguías están higienizadas o sea que me parecen muy bien las condiciones» cuenta una turista madrileña.
Por otro lado, se ha restringido completamente por seguridad el uso de los baños ya que según Albares «tenerlos como se establece en la nueva normalidad supone que cada vez que pasa una sola persona al baño hay que cerrarlo e higienizarlo y esto nos exige un esfuerzo en personal que nos desbordaría».
Albares también informa de que están emprendiendo unas obras de impermeabilización en las cubiertas de la catedral lo cual les obliga a tener cerrados los patios por una temporada mientras trabajan los albañiles. Todo el mundo puede salir al claustro y visitar la capilla del Espíritu Santo pero «las maravillosas vistas de los patios no pueden ser actualmente admiradas».
Además, la Catedral se encuentra inmersa en su programa de restauración y conservación de capillas y tiene cerrada temporalmente la capilla de San Mateo y la de San Bartolomé así como la reja de la capilla Muñoz. Se espera que estos trabajos terminen en una semana y se reabran estas capillas.
En cuanto a las visitas, Albares reconoce que ya va a ser imposible igualar la cifra de 128.000 visitantes del año pasado. El 80% de estos turistas son españoles y en este sentido espera que este turismo nacional se comporte como el año pasado: «Si esto ocurre estaríamos muy satisfechos habida cuenta de que marzo, abril, mayo y junio se han perdido completamente y suelen ser unos meses muy buenos turísticamente por la Semana Santa y Fallas».
Con la entrada a la Catedral siguen entrando la visita del Museo Tesoro, la iglesia de San Pedro que también han reabierto hoy y el Museo de la Semana Santa de Cuenca que ya lo hizo el pasado 4 de junio.
