Luis del Castillo: «Con estas obras he conseguido quitarme el miedo a investigar y hacer algo diferente»

La sala Iberia alberga desde este martes una exposición del artista conquense con cerca de 50 trabajos nacidos del proceso de experimentación llevado a cabo en su taller de La Melgosa durante la pandemia

El edificio Iberia (Cardenal Gil de Albornoz, 1) albergará del 9 de noviembre al 12 de diciembre una exposición de cerámicas de Luis del Castillo. En esta ocasión se trata de cerca de 50 obras ‘hijas’ de la pandemia, nacidas del proceso de experimentación e investigación llevado a cabo en su taller de La Melgosa en las condiciones generadas por la crisis sanitaria.

Se trata de una ocasión inmejorable de contemplar los trabajos de uno de los referentes de la artesanía conquense en una exposición individual para la que habría que remontarse cerca de cuatro años atrás. El artista se sale de su propio guión en esta muestra con esmaltes, técnicas, colores y materiales novedosos alejados de los que es habitual en él. «Con estas obras he conseguido quitarme el miedo a investigar y hacer algo diferente. La pandemia nos ha puesto en una situación muy especial que, en este caso, me ha permitido hacer lo que me apetecía. Algo que no es posible en circunstancias normales cuando la actividad está marcada por la producción para la venta».

Luis del Castillo afirma que la pandemia «me ha permitido tener el taller para mí solo y probar cosas nuevas. Nuevos esmaltes, piezas con tres o cuatro cocciones…Desde un punto de vista comercial la pandemia nos ha hecho polvo porque las tiendas han tenido que cerrar, no ha habido ventas…pero desde un punto de vista creativo ha sido una pasada. Ha abierto muchas posibilidades».

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La exposición que abre este martes sus puertas al público incluye una parte con obras figurativas donde no faltan sus icónicas ‘meninas’ y una segunda parte con cuadros abstractos elaborados mediante cerámica a alta temperatura. Tampoco faltan los jarrones, una nueva representación del toro ibérico y un ‘guiño’ a la actualidad reciente con una serie de seis cuadros marcados por el «rojo volcánico» vinculado a la erupción de La Palma, «que ha marcado nuestro día a día durante nuestro pasado reciente».

La exposición supone la culminación a una etapa diferente que ha generado, por su propia naturaleza, un resultado distinto. «Se me pasaba el tiempo volando en el taller probando cosas nuevas y disfrutando de algo que te gusta. La mayoría de lo que se expone son producto de pruebas cuyo desenlace te sorprende gratamente».