El primer regalo de los Reyes Magos para la ciudad de Cuenca este 2023 ha sido una cabalgata sin limitaciones por las medidas sanitarias de citas anteriores. Tras dos años de celebraciones condicionadas por la pandemia, las calles de la capital han vuelto a inundarse del colorido que traen Sus Majestades y la resto de la Caravana Real, lluvia de caramelos incluida.
El desfile, que estaba previsto que partiera de la calle Hermanos Becerril a las 18:30 horas, ha empezado con unos minutos de retraso. Se ha debido, según fuentes de la organización, a que una niña se ha perdido, aunque por suerte ha sido encontrada poco después. Además de este pequeño contratiempo, la comitiva ha avanzado sin prisa en su recorrido hasta la calle Carretería y la Plaza de la Constitución, como queriendo saborear por fin unos festejos navideños sin restricciones.
Como es habitual en una de las jornadas más mágicas del año, la ilusión de los más pequeños ha sido la gran protagonista de un desfile en el que han participado tres centenares de personas y once carrozas. En la caravana, además de a Melchor, Gaspar y Baltasar cerrando el recorrido, ha podido verse a gigantes, cabezudos, niños lobo, egipcios e incluso malabaristas de hielo.
Junto a ellos, esta colorida Caravana Real ha estado protagonizada por los niños y niñas que han regado de caramelos las calles del centro. Tal ha sido el ímpetu, que al final del desfile muchos se han quedado sin reservas para arrojar al público, pese a haber 1.500 kilos preparados.
En la cabalgata han participado las Asociaciones de Vecinos de los barrios y pedanías de Cuenca, la Asociación de Amigos del Carnaval, Sambas Colgadas, el Club de Patinaje Hoz del Júcar, A Saltos Circo, la Agrupación de Bomberos de Cuenca con un vehículo, Club Hípico Fierro, además del grupo Tiruraina y la Banda Municipal de Música, que han puesto la banda sonora navideña al evento.