Cuatro años después de la multitudinaria manifestación en Madrid, la Revuelta de la España Vaciada ha querido movilizar a la ciudadanía para protestar por la inacción de los gobiernos estatal y autonómico, «que siguen sin afrontar el gravísimo problema de la despoblación y además están permitiendo el incremento de la especulación en el medio rural con macro proyectos que destrozan sus recursos».
Las calles de la capital conquense ha acogido a partir de las 12:00 horas una manifestación que ha recorrido el trayecto entre la estación de tren convencional y la Plaza de España bajo el lema “No queremos ser territorio de sacrificio». El manifiesto, común a las movilizaciones que se han desarrollado a la vez en la geografía nacional y que ha sido leído en el acto, denuncia que «muchas han sido las promesas, pero, si nos fijamos en los hechos, podremos ver cómo esa diferencia entre los distintos territorios no ha disminuido, sino que incluso se ha acentuado. A pesar de la creación de un Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, apenas se han adoptado medidas que reviertan esta situación radicalmente injusta. Al contrario, las políticas implementadas al hilo de las crisis globales que se han encadenado en los últimos años no han hecho sino agravar nuestra situación».
Entre las situaciones «que están ahogando nuestro territorio» destacan «el abandono de las líneas tradicionales de ferrocarril, e incluso su cierre, en contra de las directrices de la Unión Europea que promueven la ampliación de las mismas y su uso para el transporte, no sólo de viajeros, sino también de mercancías. Al mismo tiempo, se siguen invirtiendo ingentes cantidades de dinero en las líneas del AVE que sólo sirven para conectar ciudades, mientras que se deja atrás al mundo rural, robándole cualquier posibilidad de futuro».
Mila Herreros, portavoz de la Revuelta y miembro de la asociación Cuenca Ahora, señalaba que el lema de este año responde a la preocupación creciente por la gran invasión colonialista de macroproyectos que “solo dan beneficio a las grandes empresas y fondos de inversión a costa del expolio de los recursos naturales de la España que sufre la despoblación”. Una situación que, ha dicho, “agrava el vaciamiento del territorio y genera graves afecciones medioambientales, que perjudican a las personas y sectores que están dando vida a los pueblos”.
