El Grado en Relaciones Laborales y Desarrollo de Recursos Humanos es una de las titulaciones que figuran en los rankings entre las más demandadas por las empresas españolas. Lo afirma el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de Cuenca, Ricardo Martínez Cañas, que destaca que las salidas profesionales de estos graduados “comprenden un amplio y variado abanico”.
A título de ejemplo, el decano subraya que este año, tras la llegada de la pandemia, la petición de profesionales de recursos humanos y de relaciones laborales se ha multiplicado por parte de las empresas. “No salen tantos graduados como personas nos piden”, resalta.
Y es que estos profesionales poseen conocimientos del ámbito sociológico, jurídico y laboral de las empresas, por lo que “les resultan fundamentales para la gestión de la normativa que rige el mundo laboral, por ello se les exige mantenerse al tanto de los constantes cambios en convenios colectivos, contrataciones, legislación laboral y de Seguridad Social, así como ayudas al empleo”.
Las principales salidas profesionales de los graduados en Relaciones Laborales y Desarrollo de Recursos Humanos comprenden un amplio y variado abanico. A lo largo de sus estudios, apunta Martínez Cañas, “se integran conocimientos jurídicos, organizativos, psicológicos, sociológicos, históricos y económicos”.
Por ello adquieren competencias para ejercer profesiones relacionadas con el mundo laboral y los recursos humanos. Así pues su formación “está orientada al asesoramiento jurídico-laboral; la dirección y/o gestión de recursos humanos; la gestión, mediación e intervención en el mercado de trabajo; la gestión de la salud laboral y la organización de la prevención en la empresa; la actuación en el campo de las políticas socio-laborales y la consultoría sociolaboral”.
Los graduados en Relaciones Laborales y Desarrollo de Recursos Humanos asumen trabajos de directores o técnicos superiores de Recursos Humanos en la dirección de las empresas. “Actúan como profesionales liberales expertos en asesoramiento jurídico-laboral; organización del trabajo y de la producción; representación de intereses colectivos y profesionales, en el ámbito privado y en las administraciones públicas. Se les considera expertos en el campo de las políticas sociolaborales promovidas por las administraciones públicas”, indica Martínez Cañas.
Su reconocimiento como profesional autónomo “le permite llevar también el asesoramiento a PYMES y la representación procesal en tribunales laborales, así como la gestión socio-laboral, como nóminas, seguros sociales y gestión de ayudas públicas”. También pueden ejercer como peritos en procedimientos laborales emitiendo informes en materias tales como organización de personal, amortización de puestos de trabajo.
Su labor profesional como docentes se puede encaminar tanto al ámbito privado, academias o escuelas de negocios, como pública: centros universitarios, enseñanza secundaria, bachillerato o formación profesional. “Por supuesto pueden impartir cualquier enseñanza no reglada relacionada con el mundo del trabajo (formación profesional para el empleo y formación continua). Finalmente también pueden ofertar sus conocimientos en enseñanzas especializadas: formación de especialización”, resalta.
El decano de la Facultad recomienda que inicien esta carrera «a jóvenes a los que les guste además de resolver problemas, el trato con las personas. Porque una parte importante de la vida de una persona se desarrolla en un puesto de trabajo y saber gestionar adecuadamente las relaciones laborales es clave».
