Encuesta: la calle opina sobre la ordenanza antibotellón

Ciudadanos expresan su valoración sobre la reciente normativa que prohíbe el botellón en Cuenca, con aplicación a partir de este sábado. Opiniones en su mayoría favorables, aunque claman que se contemplen excepciones en fiestas

La práctica del botellón en Cuenca tiene los días contados. En algo más de una semana, concretamente el sábado 12 de julio, cualquier acción de beber en la calle, no solo entendiendo las masificaciones, si no el simple hecho de permanecer con una cerveza en un espacio público, irá acompañado de su sanción correspondiente.

Una norma sin excepciones que no deja cabo suelto, por lo que cualquier tipo de festividad que se celebre en la calle y conlleve esta práctica se encuentra dentro de este paquete de sanciones. Precisamente, sobre la necesidad de acotar la ordenanza se ha manifestado la ciudadanía que, por otra parte, muestra casi unanimidad a regular una práctica que degenera, en su opinión, en incivismo.

“Deberían habilitar un espacio específico para hacerlo”

Esther, como trabajadora de la ONCE, que tiene que transitar por el centro de la ciudad muestra una opinión favorable a esta regulación porque en su opinión degenera en conductas incívicas.

Desde la suciedad, comportamientos que alteran el orden social, y el no poder caminar tranquilamente por la calle. Consecuencias que dice padecer, y por las que está a favor de su regulación.

No obstante, considera que, pese a la prohibición, no se va a dejar de practicar, por ello opina que la mejor opción sería habilitar un espacio específico para hacerlo. “No me importa, pero sí ha de ser, que sea fuera”.

«¿Cómo se va a gestionar San Mateo si todas las peñas son botellón?«

Para Cristina la regulación del botellón le llega con agua de mayo. Cansada de cruzar el portal de su edificio cada fin de semana y encontrarse un vertedero, más allá de destrozos, el hedor que rezuma o la contaminación acústica de la madrugada previa. La prohibición de esta práctica la apoya de forma acérrima.

Sin embargo, considera que la norma ha sido muy generalista y debería contemplar excepciones o más bien acotar diferentes tipos de eventos y lugares. Desde la bebida de pie en un bar a las fiestas populares. “Creo que está bien hasta cierto punto porque, ¿cómo se va a gestionar San Mateo si no se puede hacer botellón, si todas las peñas son en sí botellón? ¿Hasta dónde llega el límite? ¿Van a traer a todos los efectivos de policía de España para poder controlarlo?”

“Ensucia mucho y no se respeta nada”

Para Gabriel, que dice haber pasado ya “sus tiempos mozos” el botellón debe estar “totalmente erradicado”. Tira un voto en positivo con rotundidad a la nueva normativa, pero con cierto escepticismo.

Manifiesta estar a la expectativa de la aplicación de la ordenanza. “No estoy a favor de beber en la calle ni lo que genera. Las personas ensucian mucho y no respetan nada. Ahora, hay que ver si realmente se va a sancionar”.

Por otra parte, se muestran también favorable a su limitación en terrazas. “No es lo mismo estar consumiendo en un espacio autorizado y, otra, hacerlo de pie”.

“No va a haber consecuencias, se ha aprobado una ordenanza para nada”

Lola es una joven estudiante que, maleta en mano, se lanza a disfrutar las merecidas vacaciones estivales. Parte de la ciudad con la desconfianza de que a su regreso poco habrá cambiado. “No va a haber consecuencias como ocurre con todo. Se ha aprobado una ordenanza que se ha hecho para nada”.

Manifiesta no estar a favor de una practica que conlleva a masificaciones humanas, y las consecuencias que ello conlleva.

Por ello, como medida dice estar a favor, “pero depende de muchos factores, y no estoy segura de que se llegue a sancionar”.

“Tenemos que saber beber sin que te beba la bebida”

Para Víctor las prohibiciones vienen impuestas por la ausencia de civismo. Porque, en su opinión, la sociedad no es consecuentes de sus actos y lo que ello desencadena.

“Las imposiciones de esta naturaleza vienen impuestas por la falta de respeto, por la suciedad, por el no poder transitar por la vía pública, porque siempre hay desbordes”.

Considera, que el beber debería ser una práctica libre, siempre y cuando, todas las personas fueran ordenadas y civilizadas. “Creo que todos deberíamos poder beber donde quisiéramos, pero tenemos que saber beber, no que te beba la bebida”.