El Hospital Universitario de Cuenca (HUCU) ya cuenta con una sala contigua al acelerador lineal de partículas que permitirá asegurar que no habrá interrupciones en los tratamientos de radioterapia oncológica en el futuro, cuando el equipo actual agote su vida útil. Así lo ha destacado el delegado de Sanidad en Cuenca, Jose María Pastor, quien ha explicado que esta política responde a una planificación a largo plazo del servicio oncológico en la provincia por parte del Gobierno regional.
El delegado de Sanidad ha destacado que «la sala contigua está preparada para que, cuando sea necesario sustituir el acelerador lineal de partículas, una vez los técnicos consideren que se ha agotado su vida últil, los tratamientos continúen sin parones». Dicho servicio, según ha recordado Pastor, se encuentra en la fase final de calibración, y que pronto permitirá a los pacientes poder realizar sus tratamientos de manera segura y eficaz en Cuenca en lugar de tener que desplazarse a otras provincias para ello.
En este sentido, el delegado de Sanidad ha señalado que esta fase es esencial para «poder ofrecer un servicio con todas las garantías a los pacientes y a los sanitarios» que trabajen con esta maquinaria. Referente a la puesta en marcha del servicio, Pastor ha recordado que «se están cumpliendo los plazos previstos» y que una vez concluida la fase de calibración, tendrá que haber un nuevo informe favorable para el inicio de este tratamiento en la provincia.
En lo referente a la cuestión de los desplazamientos hasta que el acelerador esté operativo, el delegado provincial de Sanidad ha querido agradecer la colaboración de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en el acompañamiento de los pacientes, que ha asegurado que se están desplazando a otros puntos de la región para recibir el tratamiento «con todos los gastos pagados».
Por su parte, Darío Dolz, alcalde de Cuenca, también ha querido destacar la seguridad con la que se está trabajando en este servicio que, asegura «pasa revisiones y ajustes dos veces al día, una antes de comenzar a operar y otra una vez se acaba» para ofrecer todas las garantías de seguridad. Dolz ha señalado que el control exhaustivo al aparataje médico fue algo que le llamó especialmente la atención cuando tuvo la oportunidad de visitar el búnker.













