Cuenca tiene premio: los reyes juegan el símbolo de su unión en un número de la lotería comprado aquí

Cuenca está vinculada al rey Alfonso VIII, que la conquistó en 1177. Diferentes monarcas han pasado por esta ciudad durante el paso de los siglos, pero la última de esas visitas se ha producido hoy 2 de julio de 2020, 843 años después de la reconquista.

Los reyes de España, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, han estado en Cuenca como parte de la ruta por todas las comunidades autónomas que iniciaron en Canarias. Esta visita a Cuenca es la sexta de Felipe y Letizia a la ciudad y la segunda desde que comenzó su reinado. Una ciudad que tiene un halo especial para ellos, pues fue aquí donde comenzaron su luna de miel una vez casados. Tanto es así, que en el día de hoy no han querido dejar pasar la oportunidad de hacer material lo simbólico.

22504 a priori es una cifra sin ningún tipo de significado, pero al ponerla sobre un calendario arroja una fecha «real»: 22 de mayo de 2004, el día en que los monarcas se casaron. Tras encontrarse con una vendedora de lotería de la ONCE que tenía este número entre sus cupones a la venta, le han comprado todos los que llevaba. La vendedora le ha hecho una reverencia, flexionando las rodillas e inclinándose levemente en la que ha sido una transacción comercial diferente en cuanto a los modos.

No ha sido el único objeto que los reyes se han llevado de Cuenca. La directora del Museo Arqueológico ha obsequiado a los monarcas con una fotografía de los padres de Felipe VI, Juan Carlos y Sofía, durante su visita al museo años atrás. Un gesto que pretendía ser reflejo de la vinculación de la monarquía con la ciudad.

16 años después, las Casas Colgadas han presidido otra vez su visita desde las alturas y el Parador de Cuenca ha sido de nuevo testigo de presencia. Desde aquel mayo de la primera década del 2000 a este 2020 atípico que cierra la segunda, todo es muy diferente. Felipe y Letizia ahora son los reyes de España y su visita no es causa de un festejo, sino consecuencia de una situación devastadora.

La pandemia global de la Covid-19 ha hecho que las de por sí fuertes medidas de seguridad que rodean a los monarcas se hayan hecho más plausibles. Las caras de Felipe y Letizia han estado cubiertas por una mascarilla durante gran parte de la jornada y pese a que acercarse a ellos suele ser harto difícil, hoy la seguridad era también por motivos sanitarios.

Las medidas sanitarias no entienden de estatus sociales aunque a algunos les resultaba llamativo comprobar cómo Felipe y Letizia usaban las mismas mascarillas quirúrgicas que el resto de los presentes. «Tampoco esperaba que fueran de oro y brillantes, pero iguales que las mías tampoco» apunta un ciudadano.

Aun así, decenas de curiosos se han acercado a saludar a los reyes durante su paseo por el Casco Antiguo, de Cuenca y unos cuantos se han arremolinado frente a las puertas del Museo de Arte Abstracto Español para verlos de cerca. Bien es cierto que en esta ocasión, la afluencia de gente ha sido notablemente inferior a la de visitas anteriores.

A pesar de todo no han faltado vítores y loas entre gritos de «Viva España» y «Viva el Rey». Se han podido ver incluso algunas lágrimas entre los presentes mientras comentaban la altura del jefe del Estado o la belleza de su esposa. «Me hace mucha ilusión poder ver a los reyes» dice uno de los presentes. Algunos han estado esperando durante más de una hora su llegada, bajo un sol abrasador y tras las vallas del protocolo de seguridad. «No me importa estar dos horas esperando si hace falta» dice una de las ciudadanas apostadas a las puertas del museo.

También ha habido posturas contrarias a la presencia de los monarcas. Durante su paseo por la Plaza Mayor, se ha podido ver a un grupo con la bandera comunera al grito de «Viva Castilla». La Organización de la Juventud Casellana y Revolucionaria de Cuenca Yesca, se ha atribuido el acto en redes sociales al tiempo que ha compartido una pancarta que colocaron en una reja del Casco Antiguo en la que se podía leer «Cuenca comunera, monarcas fuera».

Para agradecer a los presentes su afluencia, los reyes se han acercado lo máximo posible dentro de la medidas de seguridad y han mantenido sendas conversaciones con los asistentes a la entrada y a la salida de las Casas Colgadas. Antes de entrar, han preguntado a una ciudadana de Perú por su procedencia. El rey le ha dicho que había que difundir el turismo nacional y que la gente venga a Cuenca. A la salida, han hablado también con miembros de Protección Civil.

Si rápida ha sido su visita esta vez, rápida ha sido su llegada y su marcha: en AVE. A toda velocidad para poder seguir recorriendo España. El rumbo vira ahora hacia el Levante ya que los reyes terminarán la semana visitando Valencia y la turística Benidorm. De momento han dejado en Cuenca su impronta como reclamo turístico y el vínculo con la ciudad, simbolizado en la posibilidad de premiar un número de lotería comprado aquí.