Devoción, estética, orografía y costumbre. Motivos que por sí solos o combinados convierten al paraje del Santuario de Nuestra Señora de Las Angustias en uno de los predilectos en las caminatas de los conquenses y que también forma parte esporádicamente de la ruta de algunos turistas. Desde finales de este verano e inicios dos de los principales accesos peatonales a la zona están cortados: el de las escaleras que nacen desde el Puente de los Descalzos y el de la pasarela de madera que cruza el Júcar antes de llegar el Recreo Peral en dirección a la Playa Artificial.
Paseantes que usan habitualmente estos recorridos han trasladado a este periódico su enfado y «fastidio» tanto por el trastorno que supone la supresión de estos itinerarios como por la falta de información sobre las causas. La escueta señalización apenas no ofrece dato alguno de las razones de la prohibición que establecen. Lamentan además que vayan pasando las semanas con los carteles y cintas sin que se observe movimiento para remediar la situación.
Las consecuencias de ambos cortes son idénticas, pero responden a motivos diferentes. Desde el Ayuntamiento han explicado a Voces de Cuenca que el escalerón está cortado por el desprendimiento de algunas piedras de los muros de contención del talud. El Servicio de Obras está estudiando la forma de acometer la reparación de estas paredes.
Estas fuentes municipales indican también que el puente de madera tiene daños estructurales ya que los elementos de apoyo en los que descansa la tablazón están podridos y es necesario cambiarlos. Para evitar riesgos por el estado de la infraestructura el Consistorio optó por no permitir el paso.
«Se está a la espera de un informe económico y, paralelamente, avanzando para ver cómo acometer los arreglos. Confiamos en resolverlo en las próximas semanas», aseveran desde la institución municipal
