En su discurso de despedida como concejal en el Ayuntamiento de Cuenca durante el pasado pleno de enero, Dámaso Matarranz apuntaba que trabajaría para estudiar las posibilidades existentes para sacar a la provincia de Cuenca de la autonomía de Castilla-La Mancha y pedir la integración en Madrid.
Un desencanto con la comunidad castellanomanchega que, tal y como aseguró, llegó a plasmarse en el documento fundacional de Cuenca nos Une, la agrupación de electores que fue la segunda lista más votada en los últimos comicios municipales y por la que accedió al cargo de concejal en el Consistorio conquense. La propuesta que el ya exconcejal pone encima de la mesa plantea algunas dudas sobre si legalmente se podría llevar a cabo, y qué pasos habría que seguir para ejecutarla.
Alberto Campos, doctor en Derecho, abogado, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca, donde asimismo coordina el 2º curso del Grado de Derecho, apunta que “perfectamente” cabría la posibilidad de una modificación del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha que podría conllevar a una modificación de la organización territorial de la comunidad autónoma. Eso sí, con muchos matices, dado que los muchos trámites que habría que seguir y otros elementos que concurrirían “llevarían a imposible esa quimera”.
En este punto, recuerda que el artículo 54.1 del Estatuto de Castilla-La Mancha establece que la iniciativa para reformar el propio estatuto “corresponderá al Consejo de Gobierno, a las Cortes de Castilla-La Mancha a propuesta de una cuarta parte de sus miembros, así como al Gobierno y a las Cortes Generales de la Nación”. Por tanto, Matarranz “no tendría competencia alguna para proponer esa reforma, y más con el motivo de una secesión dentro de nuestra comunidad”. Además, subraya que según la propuesta del exconcejal “la Comunidad de Madrid también debería modificar su Estatuto” para modificar su territorio incluyendo a la provincia de Cuenca.
Campos indica que se parte de la norma fundamental básica que regula la organización y funcionamiento de la comunidad autónoma como es el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha. “Las materias como las de los Estatutos de Autonomía requieren de una ley orgánica, tal y como recoge el artículo 81: son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la Constitución. La aprobación, modificación o derogación de las leyes orgánicas exigirá mayoría absoluta del Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto”.
Según recuerda el doctor en Derecho y profesor de la UCLM, “Castilla-La Mancha accede a la autonomía como otras doce comunidades autónomas más, por vía ordinaria, siguiendo lo establecido en el artículo 143 de la Constitución española. Madrid, pese a no tener identidad regional propia histórica, se autorizó la constitución como comunidad autónoma atendiendo a sus peculiaridades y, en especial, para así albergar la capital del Estado”.
En cuanto al Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, establece en su artículo 2.1 que “el territorio de la región de Castilla-La Mancha corresponde al de los municipios que integran las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo”. Campos apostilla que “la denominación y delimitación del territorio es uno de los puntos claves del Estatuto”, por lo que “cualquier modificación del territorio debería conllevar la reforma del estatuto que debe seguir el procedimiento, que se recoge en el citado artículo 54.1 del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha”. Este establece que una vez que se presentara la iniciativa de reforma, sería necesaria la aprobación de las Cortes de Castilla-La Mancha por mayoría absoluta y la aprobación de las Cortes Generales mediante Ley Orgánica.
Ana María Valero, profesora titular de Derecho Constitucional de la UCLM, apunta por su parte que la propuesta de Matarranz “no parece en ningún caso viable. Hay que tener en cuenta que las provincias que integran cada comunidad autónoma lo hacen a través de los Estatutos de Autonomía, por lo que una propuesta de tal calibre requeriría como mínimo la reforma de dos Estatutos, algo que no parece muy viable”.
León busca crear una nueva autonomía
En cualquier caso, la petición como provincia para cambiar de autonomía de Castilla-La Mancha a Madrid no debería partir única y exclusivamente de la capital, y debería ser debatida al menos en todos los ayuntamientos que forman parte del territorio conquense.
De hecho algo similar está en marcha en Castilla y León, dado que los leoneses han iniciado una moción que pretende dividir en dos mitades a la comunidad autónoma, reconociendo a la Región de León. Además de no depender de las instituciones regionales que hay en Valladolid, la nueva comunidad autónoma estaría integrada además de por los leoneses, por salmantinos y zamoranos. Así, ya está en marcha una moción en favor de la escisión que ha sido aprobada en más de medio centenar de ayuntamientos.