Sobre Alonso de Ojeda y el futuro de Cuenca

Eulalio López Cólliga- Por una Comunidad Madrid-Castilla Centro XIX

¿A quién ponemos como ejemplo a los politicos conquenses?. Pues otro conquense. Alonso de Ojeda, el Colibrí, el Caballero de la Virgen, el vencedor de mil duelos, el hombre que renunció a convertirse en cacique de los indígenas de La Española, el bienamado de la Reina Católica, el raptor del temible Canoabo, el Adelantado que dio nombre a Venezuela y determinó que el Nuevo Mundo no era un archipiélago sino un Continente. Perecía de hambre y abandono en una vieja cabaña en la desembocadura del rio Ozama. Murió sin nada, a las puertas de la iglesia de San Francisco en Santo Domingo. Su tumba ha desaparecido sin que nadie sepa decir cómo, cuando y por qué desapareció ni en qué lugar se encuentra

Quien no sabe para qué ha nacido, nunca podrá elegir su destino. Llamado el Centauro de Jákimo, montado en su caballo Malabestia, encadenó y cruzó el rio con Canoabo. Victoria de La Vega Real. Contó con amigos como Juan de la Cosa el cartógrafo, Pizarro, cuidador de gorrinos, Hernán Cortés, Vasco Núñez de Balboa, descubridor del Pacífico, Ponce de León, conquistador de Puerto Rico y La Florida, Juan Rodriguez de Fonseca, obispo de Burgos, Pedro de la Cueva, Bartolomé de las Casas, su primo Nano Ojeda, Cayetano Romero, Diego de Ordaz y el Gran Almirante, Colón.

¿Qué se nos ha perdido aquí?. Un sueño. Morir no es el peor destino peor es cuidar cerdos, dice Pizarro. En la Taberna de Los Cuatro Vientos con Catalina Barrancas, era el lugar de reunión, donde cabían todos los sueños y engaños como el de la isla Bimini con la Fuente de la Eterna Juventud. Ponce de León se llevó a Amadeo Naranjo para buscarla. Su mujer Beatríz de Monte Alegre se convertiría en una reputada dama navarra. «Las mujeres no tienen alma, tienen Ansiedad. En la costa de Venezuela, más locos que cuerdos, más harapos que armas, más sueños que realidades, más hambre que bastimentos, confiados a que la Virgen María tomara el timón de nuestro frágil navío. «Los traidores son como los caracoles, babosos, cornudos y siempre encerrados en su caparazón, se diría que no existen hasta que la lluvia-el dinero en el caso de los traidores- les obliga a mostrarse y descubrimos que proliferan por millones».

EL DARIEN. Nunca la muerte fue más invisible, ni la derrota se presentó más silenciosa. No teníamos contra quien luchar y ese es el peor enemigo que conozco. La muerte de Juan de la Cosa en Turbaco al Sur de Cartagena de Indias en la Batalla Invisible. Cuatro viajes al Nuevo Mundo. Todo un Centauro y caballero digno de un gran homenaje por los conquenses. Nacido por la Puerta de Valencia en la hoy calle de Alonso de Ojeda. Gloria a los héroes. Hoy derriban estatuas o les cortan la cabeza como a Colón, el Gran Almirante. Vergüenza les tenia que dar. Pero eso si la tuvieran. Ruego una oración por todos los que cayeron en busca de un sueño, una esperanza que unos consiguieron y otros no. Y no nos olvidemos de nuestro conquense Alonso de Ojeda, l mejor caballero del Nuevo Mundo. Un adelantado.

Pero ahora hablemos de nuestro mundo, sí, del coronavirus y la multitud de pactos para la Reconstrucción. Estamos a la espera de que nos lleguen los millones de Europa. Aquí solo hay para la Sanidad mayormente, Educación, Dependencia, Servicios Sociales e Ingreso Mínimo Vital, también para los desempleados pero, ¿Cuántos millones de Euros hay para las empresas, El Turismo, La Agricultura, La Vivienda, los Transportes, las Infraestructuras.?. Que no lo saben, yo tampoco. Pero desde Aragón nos llega una buena noticia: Su Presidente acuerda que para tres provincias vaciadas, Cuenca, Soria y Teruel se rebaje un 20% de impuestos a las empresas que se establezcan en ellas. Es muy sencillo, reducir cargas impositivas pero esto lo querrán todas las provincias -Guadalajara por ejemplo- y el Gobierno no está por la labor. Pero también reducir costes energéticos y aquí supongo que no habrá ninguna pega. Arriba las empresas fotovoltaicas. Ahora tienen tres provincias donde ubicarse. Ah que esto es una mera suposición. Bien, pero los que no tenemos nada, verdad Señor Page, la esperanza es lo último que se pierde.