1937, 38, 39, 2020 y… 2021. La historia de las suspensiones de las procesiones de Semana Santa

Hasta la llegada del coronavirus, el antecedente más inmediato de cancelación de desfiles era el de la Guerra Civil

«La Junta de Cofradías, institución organizadora de la Semana Santa de Cuenca, el obispo de la Diócesis, José María Yanguas, y el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, han decidido de manera unánime suspender todos los desfiles procesionales». Así comenzaba la noticia que Voces de Cuenca publicaba poco antes de las tres de la tarde del sábado 14 de marzo de 2020. Era oficial. La pandemia de la COVID-19 había provocado la cancelación de las procesiones. Esta vez no era un cliché ni una hipérbole periodística calificar el hecho como histórico. Inédito para muchas generaciones. Desde la Guerra Civil no sucedía nada igual. Ocho décadas después de la restauración de los cortejos volvían a suspenderse por un hecho excepcional.

Y este 26 de enero, ya de 2021, se repetía un titular muy similar: «La Junta de Cofradías decide la suspensión de las procesiones y el pregón de Semana Santa de 2021«. Cuenca se quedará por segundo año consecutivo sin desfiles, que no sin Semana Santa, una noticia que esta vez sorprendía a pocos. Una información tan previsible como amarga.

Guerra Civil

La contienda fratricida interrumpió abruptamente la multisecular historia de la Pasión conquense. Al contrario de lo que sucedió en ciudades como León y Málaga -donde el creciente clima de violencia social y anticlericalismo disuadió a las cofradías de salir- las procesiones conquenses sí que se habían desplegado por la ciudad en 1936. Desde el 8 al 10 de abril, de Miércoles a Viernes Santo, recorrieron las calles de la ciudad las imágenes sacras que apenas unos meses más tarde iban a ser destruidas con furia iconoclasta tras el comienzo del conflicto bélico. De la unción sagrada de la primavera al desprecio arrasador del verano.

En Sevilla, Zamora y otras ciudades de las zonas donde el bando sublevado, el que acabaría por encabezar Francisco Franco, triunfó precozmente hubo ya Semana Santa desde 1937. No fue el caso de Cuenca, que permaneció prácticamente hasta el final de la Guerra en el área republicana y estuvo huérfana de procesiones en 1937, 1938 y 1939.

¿1939 también? Sí. Así lo sostiene el historiador Israel J. Pérez Calleja esgrimiendo documentación y testimonios y en la línea del criterio actualmente mayoritario en los investigadores. La primera procesión de la nueva era fue el romantizado cortejo del mutilado Nazareno de Sisante y se celebró el Miércoles Santo de 1940, no un año antes.  De hecho, el Ejército de Aragón entró en Cuenca el 28 de marzo de 1939 y el 1 de abril Francisco Franco firmaba el último parte de Guerra. Al día siguiente era ya Domingo de Ramos.

Desde entonces nunca se habían cancelado de manera oficial y generalizada los desfiles pasionistas conquenses. Ninguno de los cortejos de fundación posbélica (Hosanna, Siete Palabras, Perdón, Duelo y El Encuentro) habían vivido nunca una circunstancia así hasta la irrupción de la pandemia.  Al margen quedan, claro, las suspensiones por las lluvias o las episódicas decisiones de no procesionar como la de la Hermanad de Jesús Nazareno de El Salvador en 2003 tras la profanación de su imagen el año anterior a las puertas de San Esteban.

“La suspensión de la Guerra Civil es la única de la que podemos decir que está perfectamente acreditada en la historia de la Semana Santa de Cuenca”, explica Pérez Calleja.  Hay otros episodios históricos como las Guerras de Sucesión e Independencia y la carlistada de los que permanecen noticias de destrucción o traslado de imágenes «que pueden llevar a pensar que alguna Semana Santa o al menos alguna procesión se tuvo que suspender, pero no disponemos de la documentación que permita aseverarlo fehacientemente», señala el investigador.

Guerra de Sucesión

En la Guerra de Sucesión Española «hubo varias entradas muy violentas en la ciudad en 1706 y 1710 y una de ellas significó la destrucción de varias imágenes de la procesión del Jueves Santo». Cita como fuente una tesis doctoral de Víctor García Heras en el que recoge un documento de la época que narra cómo las tropas austracistas destrozaron en la ermita de San Roque la imagen de Jesús Nazareno (del Puente) y causaron también daños a la Soledad, el Ecce Homo y la Oración en el Huerto. «Quizá es elucubrar un poco sobre si en las condiciones de amenaza en las que resistía la ciudad, que se llevaban incluso por delante la imaginería, habría posibilidades de celebrar Semana Santa», apunta Pérez Calleja.

Francesada

En un salto cronológico hasta la Guerra de Independencia recuerda que entre 1812 y 1816 en las actas de San Juan Evangelista aparece recogido cómo las imágenes se trasladan desde el Convento de San Agustín a El Salvador para protegerse de la amenaza de las tropas napoleónicas. En 1816 regresan a su monasterio de origen. «Mi interpretación es que si se llevan las imágenes a esa iglesia por ese riesgo no tendría sentido luego sacarlas a la calle», apunta resaltando no obstante que la documentada procesión de vuelta «señala que las imágenes sobrevivieron». La francesada también obligó a las imágenes del Jueves Santo a abandonar la Ermita de San Roque. 

Sucesos de julio de 1874

Graves fue también para la ciudad la ‘Carlistada’ de 1874. El 15 de julio las tropas carlistas irrumpen en Cuenca causando numerosas muertes y destrozos. «Las referencias que tenemos es que se llevaron un pectoral que tenía la imagen de Jesús Nazareno de El Salvador y dos o tres mantos de San Juan Evangelista. No se habla de destrucción de imágenes ni similares», detalla sin atreverse a apuntar una hipótesis de si la agitada situación de la urbe antes y después del episodio afectó a la celebración de la Semana Santa. 

Pérez Calleja remarca que en el pasado las epidemias no motivaban la cancelación de procesiones, sino todo lo contrario. En ese sentido está convencido de que “en otros tiempos ante una crisis como la del coronavirus «la hermandad de Jesús Nazareno de El Salvador hubiese desfilado en soledad, con el pueblo de Cuenca detrás, como marcaban los estatutos».

Esta información es una versión actualizada del texto «Desde la Guerra Civil no se habían cancelado las procesiones», publicado originalmente en la edición de 2020 de Gólgota, la revista anual de Voces de Cuenca sobre la Semana Santa conquense.

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