El Obispado de Cuenca expresa su profunda tristeza y condena por los recientes actos vandálicos ocurridos en el cementerio municipal de Tarancón, donde se han profanado y dañado tumbas y elementos ornamentales.
Desde el Obispado se recuerda en un comunicado que los cementerios «son lugares sagrados, espacios de oración y recogimiento, memoria de fallecidos, donde las familias acuden a honrar a sus seres queridos y a rezar por su eterno descanso». Por eso, enfatizan, «estos actos de vandalismo no solo causan daños materiales, sino que hieren la sensibilidad de todos y vulneran la paz que debe reinar en estos espacios».
El Obispado se une al dolor de las familias afectadas «y hace un llamamiento a la responsabilidad colectiva para cuidar y preservar la dignidad de los cementerios». Asimismo, apoya las iniciativas que buscan reforzar la protección de estos lugares.